Así lo denunciaron este lunes los manifestantes.
La Asociación de los Profesionales sudaneses, que lidera el movimiento de protesta, aseguró que "un gran número de milicias" atacaron empleando "fuego real y la fuerza bruta contra los manifestantes pacíficos", que permanecían junto al cuartel general del Ejército para pedir la entrega del poder a una autoridad civil.
Los manifestantes permanecían junto al cuartel general del Ejército desde principios de abril, primero para exigir la marcha del presidente Omar al Bashir y, tras su derrocamiento a manos del Ejército, para pedir a los generales que entreguen el poder a una autoridad civil.
Según la Asociación, al menos tres personas han fallecido por la violencia, mientras que el Comité Central de Médicos, que forma parte de esa agrupación de sindicatos opositores, confirmó la muerte de cinco personas.
El Comité, integrado por personal médico que ha atendido a los manifestantes desde el comienzo de las movilizaciones en diciembre de 2018, aseguró que los fallecidos podrían ser más pero que no es posible comprobarlo porque los hospitales y centros sanitarios están "asediados" por las fuerzas sudanesas.
Asimismo, el Comité pidió a la Media Luna Roja y a Médicos Sin Fronteras que intervengan para ayudar en la evacuación de los heridos y del personal sanitario atrapados en la zona de la acampada.
En respuesta a la violencia, la Asociación de Profesionales sudaneses pidió a través de las redes sociales a los ciudadanos que bajen a las calles de forma "pacífica" y den comienzo a una "desobediencia civil global" cortando las carreteras, los puentes y los pasos fronterizos.
Los hechos se producen después de que la tensión haya ido en aumento en los pasados días en torno a la sentada y entre las dos partes, debido al estancamientos de las negociaciones entre la oposición y los uniformados sobre la formación de un Gobierno transitorio.
Las dos partes se han puesto de acuerdo en que ese Gobierno detente el poder durante los próximos tres años, pero no han conseguido consensuar el equilibrio de fuerzas entre militares y civiles en el seno del Ejecutivo.