Al menos 70 personas murieron y más de un centenar resultaron heridas el viernes en un bombardeo contra una cárcel controlada por los rebeldes en Yemen, en un ataque atribuido a una coalición liderada por Arabia Saudita, que Antonio Guterres, secretario general de la ONU, condenó.
El ataque se produjo en medio de la noche y alcanzó una cárcel en Saada, bastión de los rebeldes hutíes en el norte de Yemen. La oenegé Médicos Sin Fronteras señaló que al menos 70 personas murieron y 138 resultaron heridas.
La organización, que denunció el "horrible" ataque, indicó que la cifra se refiere únicamente a los pacientes enviados a un hospital de la ciudad, pero que hay "otros dos establecimientos (que) han recibido numerosos heridos".
Los rebeldes publicaron un vídeo en el que se mostraba el ataque a la prisión, con edificios destruidos, socorristas sacando cuerpos de los escombros y cadáveres mutilados en las inmediaciones.
Más al sur, en la ciudad portuaria de Hodeida, otro ataque liderado de la coalición internacional liderada por Arabia Saudita impactó una instalación de comunicaciones y mató a tres niños que jugaban cerca.
"Al parecer, los niños estaban jugando en un campo de fútbol cercano cuando cayeron los misiles", según indicó Save the Children.
Ocho oenegés que trabajan en Yemen, entre ellas Save the Children, Acción contra el Hambre y Oxfam, se dijeron "horrorizados" por la "flagrante indiferencia" hacia la vida de civiles en un comunicado conjunto y denunciaron que entre los fallecidos había migrantes, mujeres y niños.