Al menos 24 personas murieron y 57 resultaron heridas el sábado en un atentado suicida perpetrado por el grupo Estado Islámico (EI) contra un centro educativo en Kabul, según un nuevo balance del ministerio del Interior.
Por otra parte, las fuerzas especiales afganas mataron al egipcio Abu Muhsin al Masri, considerado como el número dos del grupo yihadista Al Qaida en el subcontinente indio.
"El balance del ataque terrorista del sábado subió a 24 muertos", declaró este domingo Tareq Arian, portavoz del Ministerio del Interior.
"No hay cambios en cuanto al número de heridos", agregó Arian, que el sábado había comunicado un balance de 18 muertos y 57 heridos.
El Estado Islámico reivindicó el atentado difundiendo un comunicado en las redes sociales.
Un kamikaze "se dirigió a una reunión... en Kabul, donde detonó su chaqueta de explosivos entre" la multitud, dijo el EI.
El oeste de Kabul está principalmente poblado de hazaras, una etnia casi exclusivamente chiita, que es regularmente atacada por el grupo Estado Islámico.
Los talibanes, a través de su portavoz Zabihullah Mudjahid negado cualquier "relación" con el atentado.
A mediados de mayo, hombres armados atacaron una msternidad de la zona, matando a 18 personas, entre ellas mujeres embarazadas. El asalto no fue reivindicado.
El sábado, un Twitter de la Dirección Nacional de la Seguridad (NDS, servicios de inteligencia afganos) anunció la muerte de Abu Muhsin al Masri, un yihadista que figuraba desde 2018 en la lista de terroristas más buscados por el FBI, la policía federal estadounidense.
"Al Masri murió en una operación de la NDS en el distrito de Andar en la provincia de Ghazni" (este), dijo a a la AFP un miembro de la NDS.
"Uno de sus asistentes que está en contacto con los talibanes fue detenido", agregó.
La operación contra Al Masri tuvo lugar en momentos en que el gobierno afgano y los talibanes negocian un acuerdo de paz en Qatar.
Estas negociaciones tienen lugar tras el acuerdo concluido en febrero entre los talibanes y Estados Unidos, por el que los milicianos islamistas afganos aceptaron que no permitirán que extremistas extranjeros operen en el país.
La invasión de Afganistán por Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 fue propiciada precisamente por el hecho de que los talibanes que entonces gobernaban el país asiático albergaban a Al Qaida.