Canadá: Consumo, cultivo y posesión de marihuana recreacional es legal a partir de este miércoles
AFP
Canadá se convierte este miércoles en el segundo país del mundo en legalizar la marihuana, pero esta histórica medida de Justin Trudeau ha supuesto un dolor de cabeza para las provincias, que tienen la carga de organizar esta nueva industria lucrativa.
A partir de hoy, los canadienses podrán cultivar, poseer y consumir marihuana para recreación, cinco años después de que esto fuera permitido en Uruguay, pionero en esta materia.
Los productos derivados como alimentos, cosméticos o cigarrillos electrónicos de marihuana no serán autorizados hasta 2019, a pesar de que los empresarios canadienses ya han comenzado a incursionar en estos nuevos mercados.
Se estima que la legalización impulsará la economía canadiense y generará de 816 millones a 1.100 millones de dólares en nuevos ingresos en el cuarto trimestre, sin contar al mercado negro, que se espera que continúe surtiendo a una cuarta parte de la marihuana que se fuma en Canadá, según el Instituto Canadiense de Estadísticas.
Esto se traduce, según las previsiones oficiales, en una ganancia de 400 millones en ingresos fiscales para el primer año, que se dividirá entre las provincias (50%), los municipios (25%) y el gobierno federal (25%).
En total, el Instituto Canadiense de Estadísticas calcula que 5,4 millones de canadienses comprarán marihuana en tiendas autorizadas en 2018, el 15% de la población. Unos 4,9 millones de canadienses ya la consumen.
Establecimientos estatales
Los preparativos han sido irregulares en las distintas regiones y ciudades, donde la reforma está obligando a las autoridades locales y las empresas a revisar sus reglamentos y protocolos.
Porque si bien el Parlamento federal puso fin en la primavera boreal a la prohibición de la marihuana vigente desde 1923 en Canadá, lo cierto es que la implementación práctica de esta reforma recae en sus diez provincias y tres territorios. Y muchos ya han anunciado su voluntad de no implementar completamente la ley canadiense.
Por ejemplo, aunque la ley federal permite que cada hogar tenga hasta cuatro plantas, las provincias de Manitoba (centro) y Quebec (este) han advertido que lo prohibirán, con lo que probablemente sea la Corte Suprema la que tenga la última palabra.
Como sucede con el alcohol y el tabaco, corresponde a las provincias decidir la edad de consumo de cannabis: la mayoría decidió que fuera de 19 años, mientras se optó por los 18 en Alberta y en Quebec, donde el nuevo gobierno, que inicia funciones al día siguiente de la legalización, quiere elevarlo a 21 años.
Finalmente está la cuestión de los lugares abiertos para el consumo: algunos municipios como Montreal han decidido imponer las mismas reglas que para el tabaco, pero otros han decidido permitir solo fumar marihuana en casa.