AFP
El gobierno de República Dominicana suspendió la jornada laboral del jueves, tanto en el sector público como en el privado, como medida de prevención por el paso del huracán María, cuyos efectos comenzarán a sentirse con mayor fuerza en el país en la madrugada.
"El gobierno se ha preparado para lo peor y la población también debe estarlo", dijo este miércoles el ministro administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta.
La suspensión de actividades, explicó Peralta, responde a recomendaciones de la Oficina Nacional de Meteorología y el Centro Nacional de Emergencia (COE) con el fin de "preservar vidas".
María se degradó la tarde de este miércoles a huracán categoría 2, indicó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, pero se fortalecería al acercarse a las costas dominicanas.
Ya se registran lluvias y fuertes vientos en el este, especialmente en la turística de Punta Cana, y empiezan a reportarse comunidades aisladas por la crecida de ríos.
Este miércoles, en Santo Domingo, algunos acudieron a supermercados a abastecerse de alimentos e insumos básicos. En la mañana llovió y se sintieron vientos leves.
El COE elevó el número de provincias en alerta máxima, pues el ojo de María se ubicará más cerca de las costas dominicanas que el de Irma, ciclón que causó estragos en el Caribe hace dos semanas. Pasará, según se proyecta, a unos 100 kilómetros de la costa este y a unos 70 kilómetros de la nordeste.
Cuatro aeropuertos están cerrados por disposición del Instituto Dominicano de Aviación Civil, las terminales internacionales de Punta Cana, La Romana, Arroyo Barril y El Catey.
Se esperan marejadas peligrosas en las áreas bajo alerta de huracán, acompañadas por olas grandes, que aumentarán el nivel de agua de hasta 4 a 6 pies sobre los niveles normales, señaló el Centro Nacional de Huracanes estadounidense. Pronostica, además, acumulados de lluvia de 8 a 16 pulgadas.
María causó en Puerto Rico "devastación absoluta", de acuerdo con las autoridades, con vientos de hasta 240 km/h; tras arrasar las Islas Vírgenes y las Antillas, donde dejó al menos nueve muertos.