La niña desnutrida de Sudán del Sur que logró volver a ponerse de pie
Michael Wieu llegó a clínica de la Unicef en Yuba, Sudán del Sur, con su pequeña hija Nyajime de sólo cuatro años en sus brazos, en estado de desnutrición.
"El día que la llevé a la clínica no se estaba moviendo, no podía caminar ni sentarse", confesó Michael al Daily Mail.
En los días en que Nyajime estuvo en las inmediaciones de la Unicef, su padre jamás dejó a su hija sola y visualizó todo el proceso en que los doctores trabajaban para su mejora. A los pocos días se podían apreciar los avances en su salud.
Pasaron ocho días y la pequeña ya podía mantenerse en pie, pero con dificultades. A los once días, ya volvía a sonreír.
La impresionante recuperación de Nyajime fue un alivio para su padre, un estudiante universitario que tuvo que llevar a su familia al campamento luego de que se desataran combates en su villa de Bentiu, a más de 965 kilómetros del norte de la capital.
Su hija fue otra de las víctimas de la guerra civil que azota a Sudán del Sur desde 2013, cuando estallaron los enfrentamientos entre rebeldes y el gobierno por el control del país.
De acuerdo con Jonathan Veitch, representante de la Unicef en Sudán del Sur, el caso de Nayjime no es inusual.
"Desafortunadamente, el número de niños sufriendo de desnutrición severa se ha doblado desde 2013", agregó Veitch.
La razón es que además de las miles de muertes que han provocado los enfrentamientos, el conflicto también ha afectado a los cultivos. Pese a que más de 2,2 millones de personas han sido desplazadas, la mayoría sigue atrapada dentro del conflicto de Sudán del Sur. La Unicef estima que más de 3,9 millones de personas pasan hambre.
La mayoría son niños como Nyajime. Este año, la Unicef espera tratar a 148.958 menores de 5 años que están sufriendo de desnutrición severa. Pero para eso, necesita más de 122 millones de euros este año.
Ahora, Nyajime fue dada de alta y es una de las pacientes del programa de nutrición de la organización.
"Es una experiencia tan satisfactoria poder ver a niños sonreír y correr alrededor luego de que se han recuperado", agregó Veitch.