Los riesgos que se corren al recurrir a operaciones estéticas son muchas veces ignorados. El caso de Christina Burton, una joven inglesa que recurrió a un tratamiento para engrosar sus labios, busca, en sus propias palabras, "generar consciencia de que las reacciones alérgicas pueden sucederle a cualquiera".
El suceso, que fue documentado por el periódico británico Daily Mail, ocurrió poco después de que Burton acudiera a su esteticista habitual para someterse a un tratamiento que había utilizado antes, en varias ocasiones.
Según la joven, apenas unas horas después de haberse sometido a la inyección de una sustancia para engrosar sus labios, comenzó a sentir dolores de garganta y, con el tiempo, tuvo dificultades para respirar.
Por suerte, la joven llamó a emergencias y fue auxiliada a tiempo, consiguiendo la normalización de su estado de salud.
De acuerdo a Burton en conversación con el Daily Mail, una vez estabilizada "me miré en el espejo y vi que mis labios estaban hinchados, mi garganta estaba adormecida y empecé a esforzarme por tragar. Parecían salchichas sobre mi cara. Pensé que iban a explotar, el dolor era irreal".
En sus intentos por detener la hinchazón, la mujer indicó que "intenté tomar antihistamínicos y analgésicos para ayudar con la hinchazón y tuve una paleta de hielo para mantenerlos frescos, pero simplemente se salieron de control".
Así, la joven finalizó advirtiendo sobre los riesgos que se corren al acudir a tratamientos de este tipo. "Estoy compartiendo mi historia con la esperanza de que las personas sean conscientes de que las reacciones alérgicas pueden sucederle a cualquiera".