El primer ministro japonés, Yoshihide Suga, anunció el lunes que su gobierno "contempla" decretar un nuevo estado de urgencia en la región del gran Tokio ante el recrudecimiento de los contagios de coronavirus, que ha convertido la situación en "muy grave".
El mandatario japonés también espera que la campaña de vacunación empiece a partir de finales de febrero y aseguró en una conferencia de prensa que será uno de los primeros en vacunarse.
Suga, que instó a la población a que evite las salidas no indispensables, declaró que el gobierno se prepara para modificar la ley para poder sancionar a los establecimientos que no respeten las órdenes de disminuir sus horarios o cerrar temporalmente y prometió incentivos.
No obstante, reiteró el compromiso de Japón para organizar los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que fueron aplazados hasta el verano de 2021 debido a la pandemia. Su celebración, dijo, será una "prueba de que la humanidad ha vencido al virus".
Japón, que en comparación con otros países ha tenido relativamente pocos casos -240.000 infectados y menos de 3.600 muertos, según datos oficiales-, registra desde noviembre un fuerte aumento de contagios. El jueves superó por primera vez los 4.000 nuevos infectados en 24 horas.
El sábado, los gobernadores de Tokio y de tres departamentos vecinos instaron al gobierno a que declarare un nuevo estado de urgencia después del de abril y mayo de 2020, que fue extendido progresivamente al resto del país.
Pero el gobierno era reticente al temer que la economía cayera de nuevo tras tres trimestres de recesión.
No obstante, Suga reconoció el lunes "que es necesario un mensaje más contundente".
"El gobierno contempla decretar estado de urgencia" con medidas que permitirán reducir los contagios en los bares y restaurantes, declaró.
El estado de urgencia permite a los gobiernos locales recomendar a las empresas que cierren y a los habitantes a permanecer en sus casas, pero no tiene carácter obligatorio ni prevé sanciones en caso de incumplimiento.
En cuanto a las vacunas, Suga declaró que su gobierno espera datos precisos de las empresas farmacéuticas estadounidenses antes de final de mes y que las vacunación podría empezar a partir de finales de febrero.
Los primeros en ser vacunados serán el personal sanitario, los ancianos y los empleados de las residencias, detalló, antes de agregar que él será uno de los primeros en ponerse la vacuna, mientras la población es más bien desconfiada.