Expectación en Filipinas ante los problemas de salud de Duterte
El presidente filipino, Rodrigo Duterte, informará al público si tiene una "enfermedad grave", dijo el viernes su portavoz, un día después de que el líder dijo en un discurso público que había acudido a un hospital para realizarse unas pruebas.
Los rumores sobre los problemas de salud de Duterte volvieron a aparecer después de que el presidente, de 73 años, conocido por su apretada agenda y sus largos discursos, se perdiera dos actos oficiales el miércoles, incluida una reunión con el gabinete.
"Hace tres semanas me sometí a una endoscopia y una colonoscopia. Y el miércoles, cuando estaba a punto de ir a una reunión de gabinete, mi médico me recomendó repetir algunas pruebas y tomar más muestras", aclaró anoche Duterte desde el palacio presidencial en un discurso televisado.
El presidente explicó que fue a un hospital privado, el Cardinal Santos de Manila, para un reconocimiento médico, ya que sus médicos querían obtener más muestras de tejido. No dio más detalles, pero dijo en el mismo discurso: "Os lo diré si es cáncer".
"El resultado de las pruebas se hará público o no según lo que descubran los médicos", especificó hoy el portavoz de Duterte, Harry Roque, en una conferencia de prensa, citando una disposición en la constitución de Filipinas sobre la divulgación pública de las condiciones de salud del presidente. "El presidente no está dispuesto a ocultar nada sobre su salud; les aseguro al público que el presidente no ocultará nada. Si es serio, informará a la nación", añadió sin embargo Roque.
Bajo las leyes filipinas, si un presidente en funciones fallece en el cargo, queda incapacitado permanentemente o es destituido por medio de un juicio político, el vicepresidente asume el cargo los años restantes para terminar la legislatura, que en Filipinas es de seis años.
El vicepresidente Leni Robredo, líder de la oposición, fue nombrado en 2016 y, dada la polarización política, podría alimentar la incertidumbre en el proceso de sucesión dado el clima político altamente polarizado. Preguntado por los periodistas sobre si el presidente se estaba muriendo, Roque contestó: "No creo".