Es quien tiene la mayor posibilidad de convertirse en el próximo primer ministro de Reino Unido, y a la vez, es una de las figuras menos queridas dentro de su propio partido.
Se trata del líder de la oposición Laborista, Ed Miliban. Según los últimos números de la cadena briánica BBC, es el más cercano al 10 de Downing Street ya que su partido cuenta con un 33% de apoyo. Los Conservadores de David Cameron le siguen muy de cerca, e incluso lo superan, con un 34%.
Pero los laboristas tienen mayores posibilidades de formar un gobierno de coalición para alcanzar la mayoría mínima en el Parlamento, según asegura el diario El País.
Sin embargo, eso está por verse, ya que pocos días atrás Miliband aseguró que no llegaría a “ningún acuerdo con el SNP (Partido Nacional de Escocia)”.
"Y si eso significa que no vamos a estar en el gobierno, que así sea”, aseguró el líder laborista a la BBC.
Pero la mala reputación de Ed Miliband data desde que en 2010 le quitó con poca ventaja el liderazgo de los laboristas a su hermano mayor, David Miliband.
Los hermanos Miliband fueron al mismo colegio público al norte de Londres, luego estudiaron la misma licenciatura combinada de Filosofía, Políticas y Económicas en Oxford. Ambos participaron en la campaña de Tony Blair, y luego fueron recluídos por Gordon Brown para trabajar en su gobierno. De ahí en adelante se comenzaron a notar las diferencias. David siguió a Blair, y Ed a Brown.
Hasta antes de que se abriera la carrera por la sucesión de Brown en el partido laborista, David era la carta más segura. Pero Ed sorprendió a todos al vencer a su hermano. En esa carrera fue clave su alianza con los sindicatos con quienes se reunió en varias ocasiones para delinear el programa laborista, del que estaba a cargo.
Miliband le asegura a los votantes británicos que pondrá adelante la “credibilidad económica” que detalla en su programa, aunque eso signifique perder parte del apoyo del ala izquierda de su partido.
Además, ha asegurado un mecanismo que asegure la reducción del déficit fiscal año a año y adelantó que las únicas áreas que estarán blindadas de recortes serán la educación pública y la salud.
Su lema es “un mejor plan para un mejor futuro”, además de “cambiar las reglas que rigen el país”, sin tener que modificar su manifiesto, que es su piedra angular.
Sin embargo, eso está por verse, ya que todo apunta a que luego de este 7 de mayo las grandes fuerzas políticas británicas, los Conservadores y Laboristas, tendrán que formar coaliciones para alcanzar la mayoría mínima. Una alianza que no es gratuita para ningún proyecto político.