Una corta de luna de miel, donde el candidato que resulte vencedor deberá enfrentar dilemas de la economía argentina, como un sinceramiento del tipo de cambio, un ajuste en el subsidio al combustible, una inflación de 25% y un elevado déficit fiscal.
La balanza se inclinará a favor del oficialista Daniel Scioli o el opositor Mauricio Macri, y desde este lado de Los Andes, se mira el panorama con especial interés. Eso no es casual: Argentina es el segundo destino de las inversiones chilenas en el exterior, que desde 1990 a diciembre de 2014 alcanzan un monto de US$ 17.811 millones, según datos de Direcon. Ahí están instaladas más de 400 empresas, repartidas en diversos sectores. Nombres emblemáticos son Cencosud, Falabella, Salfacorp, Lan, Arauco y Endesa, entre otros que integran una larga lista.
"Las empresas chilenas presentes en Argentina están muy esperanzadas con el resultado de este balotaje, en que lo ajustes que se hagan permitirán un mayor acceso a la divisa extranjera, para poder remesar sus utilidades a sus casas matrices y acceder a insumos en el exterior. Hoy muchas empresas de bienes de consumo han cerrado en Argentina, como automotoras y tiendas de lujo", dice el economista Jorge Desormeaux.
La otra cara de la moneda será el costo de los ajustes económicos. "Los argentinos se deberán apretar el cinturón y las empresas de consumo y en general aquellas orientadas al mercado interno, como Falabella y Cencosud, van a ver resentidas sus ventas. Lan vende servicios y también se vería afectada. Pero esencialmente en el corto plazo", anticipa el economista, de cara al balotaje de este domingo.
Por el contrario, aquellas empresas que están instaladas en el vecino país "pero donde sus consumidores están en el resto del mundo y pagan en dólares, como CMPC, Arauco y Concha y Toro, por ejemplo, van a liquidar sus exportaciones a un tipo de cambio más favorable después del ajuste cambiario", cuenta Desormeaux.
“Un nuevo gobierno conlleva necesariamente un nuevo impulso, lo que podría representar una oportunidad para las empresas de generación que están presentes en Argentina”, asegura Claudio Seebach, vicepresidente ejecutivo de Generadoras de Chile. AES Gener y Endesa son algunos ejemplos de las generadoras que marcan presencia en el país trasandino.
El panorama para las inversiones chilenas
“El escenario mundial para nuestros negocios es complejo y Argentina también se ve afectado económicamente, además de tener un tipo de cambio poco favorable para la exportación”, indica Charles Kimber, gerente comercial y de asuntos corporativos de Arauco, forestal con operaciones en el vecino país. “En este escenario nuestro foco es mejorar en productividad y en la confiabilidad de nuestros procesos”, añade el ejecutivo.
Desde la Asociación de Generadoras dicen que las expectativas en cuanto a nuevas inversiones o a una posible integración, “son temas que el sector mira siempre con interés pero con algún grado de cautela. En todo caso, cada empresa toma sus decisiones comerciales de manera independiente y de seguro analizarán las políticas que implemente el nuevo gobierno”, agrega Seebach.
Kimber, de Arauco, mira el futuro con optimismo: "Son negocios a largo plazo y por lo tanto esperamos que Argentina vote su presidente y continuemos haciendo nuestros negocios como corresponde”.
Las inversiones chilenas directas en Argentina han seguido una tendencia ha ido a la baja: si se mira desde 1994 a la fecha, el peak fue en 1996, año en que las inversión directa chilena en Argentina llegó a US$ 2.313 millones. Pero diez años después, en 2006, bajó a US$ 996 millones. El año pasado, en tanto, ascendió apenas a US$ 19 millones.
“Parte sustantiva de las inversiones chilenas se materializó durante la década de los noventa, aprovechando las oportunidades generadas por el proceso de privatizaciones emprendido por el gobierno transandino, el pujante proceso de internacionalización de las empresas chilena, así como los procesos de integración económica regional”, dice el informe “Presencia de inversión directa de capitales chilenos en Argentina”, de Direcon. Pero este ímpetu inversionista fue interrumpido por la crisis que afectó al país transandino en 2000, detalla el informe, para tomar un ritmo más moderado entre 2004 y 2006.
Los ajustes esperados
Pero más allá de quien obtenga la mayoría de los votos este domingo, los expertos creen que el cambio de gobierno será una buena noticia. “Para Chile, la mejor noticia es que Argentina resuelva los problemas que ha ido acumulando. Es una economía que está virtualmente estancada, que tiene un gasto público que está creciendo a un ritmo que no es sostenible y sobre todo, algo que importa mucho a las empresas chilenas, el tipo de cambio se ha quedado muy rezagado, muy detrás de la inflación, lo que ha afectado muchísimo la competitividad de la economía argentina y de las empresas chilenas”, afirma el ex vicepresidente del Banco Central.
En la misma línea, el economista José Ramón Valente cuenta que “lo que se espera es que después de las elecciones, se abran las cifras verdaderas del déficit fiscal que tiene Argentina en este momento. El tipo de cambio, después de las elecciones, debiera subir bastante (…). Independiente de si gane Scioli o Macri, la devaluación en Argentina es un hecho: el gobierno no tiene los recursos para sostener el tipo de cambio en los niveles en que lo ha estado sosteniendo”.