Más de 216.000 menores fueron víctimas de abusos sexuales en la Iglesia en Francia desde 1950
Unos 216.000 menores fueron agredidos por sacerdotes y religiosos en el seno de la Iglesia católica en Francia desde 1950, reveló este martes un esperado informe independiente que ahondó en este "infierno" que ya golpeó en el pasado a Estados Unidos y Australia.
Esta es una de las conclusiones del informe de la Comisión Independiente sobre los Abusos Sexuales en la Iglesia (Ciase), elaborado al término de dos años y medio de trabajo marcado por casi 250 audiciones de víctimas, entre los casi 6.500 señalamientos.
Sacerdotes y religiosos abusaron de 216.000 menores en Francia entre 1950 y 2020, si bien la cifra ascendería a 330.000 si se tiene en cuenta a los laicos que trabajaron en las instituciones religiosas, precisó el presidente de la Ciase, Jean-Marc Sauvé.
Los abusos tuvieron un "carácter sistémico" y la Iglesia católica francesa matuvo una "cruel indiferencia" con las víctimas, según la comisión investigadora.
"Ustedes, miembros de la comisión, regresan del infierno", dijo durante la presentación del informe François Devaux, fundador de la asociación de víctimas La Parole Libérée ya desaparecida, a los 22 expertos que se sumergieron en el drama.
"Cataclismo", "sismo", "tsunami"... La prensa no había ahorrado adjetivos en los últimos días de cara a la presentación del informe que, según el diario Le Parisien, "sacudirá a la Iglesia", donde, para Libération, "sopla un viento de angustia y pánico".
Las primeras cifras avanzadas ya dieron muestra del horror. De los 115.000 sacerdotes o religiosos censados en los últimos 70 años en Francia, hubo "entre 2.900 y 3.200 pederastas", dijo el domingo a la AFP Sauvé, precisando que es una "estimación mínima".
Francia no es un caso aislado. Al menos 3.677 niños fueron víctimas de abusos de religiosos en Alemania entre 1946 y 2014, según un informe de 2018, y, según abogados independientes, se presentaron en Estados Unidos más de 11.000 denuncias.
Otros escándalos estallaron en Chile, Canadá o Australia. En abril, expertos mandatados por la ONU, pero que no hablan en su nombre, pidieron al papa Francisco que actúe y expresaron su "gran preocupación" por las numerosas acusaciones.
El pontífice argentino ha convertido sin embargo la lucha contra las agresiones sexuales, conductas que hacen del clero un "instrumento de Satán", en una de sus prioridades y publicó en 2020 un manual para gestionar denuncias en la Iglesia católica.
"Extrema violencia"
La Ciase inició sus trabajos en febrero de 2019 a petición de la Conferencia Episcopal (CEF) y la Conferencia de Religiosos y Religiosas de Francia (Corref).
La investigación se decidió tras una serie de escándalos, como el del sacerdote Bernard Preynat, condenado en 2020 a cinco años de prisión por abusos en los años 70 y 80 y cuyo caso inspiró el premiado film "Grâce à Dieu" (Gracias a Dios), de François Ozon.
Además de evaluar el alcance de los hechos, los 22 expertos de la comisión (abogados, teólogos, psicólogos, historiadores,...) evaluaron la respuesta de la Iglesia y formularon propuestas para reconocer el dolor de las víctimas y evitar otros casos.
"Quiero que la Iglesia reconozca esa extrema violencia", que dé nuevas directrices a los clérigos, pero, sobre todo, que "no pase página", dijo a la comisión Jean-Marie, un hombre de 82 años que fue víctima de abusos por religiosos en su infancia.
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El informe será examinado de cerca en El Vaticano. El papa Francisco, que debe tener una audiencia privada el 18 de octubre con el primer ministro francés Jean Castex según el diario La Croix, ya abordó la cuestión con obispos franceses en septiembre.
¿Cuál va a ser la respuesta de la Iglesia católica a este informe? "Espero que estemos confrontados a esta carga, por muy negra que sea, para que podamos luego adoptar las medidas que se impongan", afirmó antes de la presentación Véronique Margron, presidenta de la Corref.
Los hechos ya están prescritos en su mayoría y sus autores ya fallecieron, por lo que es improbable un recurso a la justicia. El episcopado francés ya prometió para 2022 indemnizaciones financieras, algo que no suscita unanimidad entre las víctimas.