Uber no se rinde en su objetivo de desarrollar vehículos autónomos. Y ahora contará con Toyota como socio en ese propósito.
Después de un accidente fatal en marzo pasado en Arizona, donde una SUV autónoma de Uber mató a un peatón, la compañía de transporte compartido suspendió sus pruebas con este tipo de vehículos y cerró sus operaciones en ese estado.
Sin embargo, según Dave Lee, reportero de tecnología de BBC, para Toyota representa una excelente oportunidad el acuerdo en que le ayudará a Uber con los problemas que ha tenido con el desarrollo de sus autos autónomos.
Así, el fabricante japonés de automóviles invertirá US$500 millones en Uber y ampliará su sociedad para desarrollar de manera conjunta vehículos autónomos.
¿En qué consiste la alianza?
Toyota dijo que esto involucraría la "producción masiva" de vehículos autónomos que se desplegarían en la red de transporte compartido de Uber.
Esta movida es percibida como una forma para que ambas empresas se pongan al día con sus rivales en el competitivo mercado.
En el acuerdo, Uber fue valorada en US$72.000 millones, a pesar de sus crecientes pérdidas. Eso es un 15% arriba desde su última inversión en mayo, pero coincide con una valoración hecha en febrero.
Según un comunicado de prensa emitido por las dos compañías, la tecnología de conducción autónoma se integrará en vehículos Toyota diseñados de manera especial para este proyecto.
La flota se basará en el modelo Sienna de Toyota, con pruebas piloto que comenzarán en 2021.
Shigeki Tomoyama, vicepresidente ejecutivo de Toyota Motor Corporation, dijo: "Este acuerdo y la inversión marcan un hito importante en nuestra transformación a una empresa de movilidad, porque proporcionaremos un camino para una expansión segura de los servicios de movilidad, como el uso compartido".
Tanto Toyota como Uber son vistas como empresas rezagadas en el desarrollo de vehículos autónomos. Waymo, propiedad de Alphabet, lleva la delantera.
El futuro de Uber
El acuerdo extiende una relación existente con Toyota y promueve la estrategia de Uber de desarrollar tecnología de conducción autónoma a través de asociaciones con fabricantes de automóviles.
Por ejemplo, la firma estadounidense también se asoció con Daimler, que espera tener y operar sus propios vehículos autónomos en la red de Uber.
El lunes pasado, Uber dijo que planeaba enfocarse más en el negocio de bicicletas y su scooter eléctrico, y menos en autos, a pesar de que podría perjudicar sus ingresos.
De hecho, aunque los ingresos de su negocio de taxis están aumentando, los costos de la expansión a nuevas áreas, como el uso compartido de bicicletas y la entrega de comida a domicilio, han significado pérdidas que han crecido con rapidez.
Análisis: Dave Lee, reportero de tecnología de BBC Norteamérica, San Francisco
A principios de este mes se informó que Uber estaba invirtiendo a diario entre US$1 y US$2 millones en su trabajo en vehículos autónomos. Los resultados de ese esfuerzo no han sido para enorgullecerse: un choque fatal, una demanda muy costosa y poca conducción autónoma en comparación con el líder en este sector, Waymo.
Compartir la carga y el costo de investigación y desarrollo hará las delicias de los inversores de Uber, ya que apunta a su oferta pública inicial el próximo año.
Mientras tanto, las acciones de Toyota se dispararon después de que salieron reportes del acuerdo.
No es sorprendente. Muchos analistas piensan que la propiedad personal de los automóviles se reducirá de manera drástica cuando llegue el futuro de la conducción autónoma y los viajes compartidos, sumado al hecho de que las grandes compañías comprarán enormes flotas de vehículos.
Toyota, entonces, puede haber asegurado su mayor cliente de todos los tiempos.