La investigación alrededor de la muerte del fiscal Alberto Nisman hasta ahora no tiene sospechosos y existen tres hipótesis en torno al caso: suicidio, asesinato o suicidio inducido.
1) Suicidio: la primera autopsia realizada al cuerpo del fiscal señaló que la muerte se produjo por un disparo aparentemente sin intervención de terceros, según señala el diario argentino Clarín. Esta teoría podría verse reforzada por el hecho de que no se encontraron signos de defensa ni de pelea. Otro dato que llama la atención es que, de ser un asesino, haya utilizado la Bersa.22, el arma que Nisman había pedido prestada un día antes a su colaborador Diego Lagomarsino. El disparo fue efectuado a menos de dos centímetros de distancia, lo que también reforzaría la posibilidad de un suicidio. Según la autopsia, el fiscal no murió antes de las 14, cuando sus guardias ya estaban fuera del edificio.
2) Asesinato: “El suicidio (que estoy convencida) no fue suicidio”, señaló la Presidenta Cristina Fernández, señalando que en la muerte de Nisman podrían estar involucrados agentes o ex agentes de inteligencia. Esta tesis podría ser reforzada por la existencia de una tercera puerta, que conecta al departamento de Nisman y el de su vecino con una sala donde están los equipos de aire acondicionado. Allí se encontró una pisada y una huella digital. El cerrajero que llegó al lugar señaló, además, que la puerta de servicio no estaba bloqueada. De haber entrado alguien, pudo haber salido por ese acceso. Sin embargo, los peritos señalaron que las pruebas pueden dar negativo porque se trata de un calibre chico en una pistola cerrada.
3) Suicidio inducido: Es un crimen muy difícil de probar. Según Clarín, no ha existido una sola condena por este delito en la historia judicial de Argentina. Aunque sí han existido muchos casos sospechosos.