La tumba preincaica de más de 1.000 años de antigüedad hallada en Perú que muestra la vida de lujos de un antiguo "señor de las aguas"
Un grupo de arqueólogos peruanos descubrió lo que parece ser una tumba preincaica -de entre 1.200 y 1.400 de antigüedad- de un "personaje élite" dedicado "a la actividad marina".
La tumba se encontró en el valle de Chancay, al noreste de Lima, y es parte de lo que se conoce como el cementerio de Matacón, perteneciente a la cultura chancay.
La cultura chancay se desarrolló alrededor de los valles de Fortaleza, Pativilca, Supe, Huaura, Chancay, Chillón, Rímac y Lurín, en la costa central del país.
Los arqueólogos concluyeron que la tumba recién descubierta, la más extensa y antigua que se haya encontrado en la zona, debía pertenecer a un personaje de alta alcurnia en la sociedad del momento, porque en ella se encontraron los restos humanos de un personaje junto a cinco individuos, que se cree eran familiares y sirvientes que fueron sacrificados, según le contó a la agencia EFE el arqueólogo Pieter Van Dalen Luna.
Se encontraron los restos de seis personas, más de 25 vasijas distintas y los restos de cuatro llamas.
En la tumba también se encontraron 25 vasijas que se cree contenían comida y los restos de cuatro llamas.
Un "señor de las aguas"
Aunque los arqueólogos dijeron estar todavía a la espera de las pruebas que puedan ayudar a dar información clave sobre los restos que se encontraron en la tumba, dicen que hay indicios que pueden ayudar a suponer la identidad del dueño de la misma.
Entre estos se incluye un remo.
El profesor Van Dalen Luna le explicó a la emisora de la Universidad de San Marcos que este último elemento no se ha encontrado en ninguna de las 80 tumbas que se han excavado anteriormente en el cementerio.
"Sería una persona dedicada a la actividad marina, de repente a la pesca o a la recolección de mariscos", cuenta Van Dalen.
Esta cultura preincaica hace parte de lo que se conoce como las poblaciones aimaras, que fueron las que poblaron áreas en Bolivia, Perú y Chile antes de la expansión del imperio Inca, y su declive coincidió con la expansión de Tahantisuyo, que era como se referían los Incas a su cultura.
Evitando a los huaqueros
El grupo de arqueólogos que hizo el descubrimiento cree que junto al “señor de las aguas”, estaban enterrados sus hijos y sirvientes que fueron sacrificados.
El cementerio se encuentra en una zona donde actualmente hay asentamientos humanos. De hecho, a unos 50 metros de la excavación hay unas casas que pueden haber sido clave para que la tumba no fuera saqueada.
"Si bien es cierto, por una parte, (que) la instalación de las viviendas ha ocupado parte de la zona arqueológica, por otra parte también ha permitido que los huaqueros (saqueadores de sitios arqueológicos) ya no lleguen acá", dijo el experto.
El profesor aseguró que se requiere de los recursos y el apoyo de las autoridades para mantener intacto este tesoro arqueológico, que puede ayudarnos a entender mejor cómo se establecieron los pueblos en las Américas en la antigüedad.
"¿Por qué no pensar que este valle estuvo poblado por poblaciones aimaras antes del año 0 y del inicio de esta era?".
Objetos hallados en la tumba. A unos 50 metros de la excavación hay unas casas que pueden haber sido clave para que la tumba no fuera saqueada.