Una veterana candidata política y un inesperado aspirante que nunca apareció en las encuestas se perfilan como los más votados en la primera vuelta de las elecciones presidenciales celebradas este domingo en Guatemala, si bien los resultados aún pueden cambiar.
Con un 40% de mesas escrutadas, el partido de la exprimera dama Sandra Torres, que pasó de la socialdemocracia a una tendencia más conservadora; y la formación de centro-izquierda del exdiplomático e hijo del expresidente Juan José Arévalo, Bernardo Arévalo; recibieron el 15% y 12,2% de los votos, respectivamente.
Dado que ningún candidato superó el 50% de apoyos necesarios para definir en esta primera vuelta al próximo presidente del país, serían ellos dos quienes se enfrenten en una segunda ronda electoral el próximo 20 de agosto.
Sin embargo, estos resultados aún podrían cambiar dado que las actas escrutadas aún no suponen una tendencia clara, ya que los primeros votos contabilizados siempre provienen de las zonas urbanas cercanas a la capital del país y suelen ser diferentes de los que se recogen en zonas rurales.
"Los primeros datos son muy urbanos, por lo que no es gran sorpresa dado que la mayoría de apoyos del partido de Arévalo son urbanos y de la capital. Creo que los datos se irán recomponiendo y su partido podría ir pausando su crecimiento, pero aún hay que esperar", pronostica el analista guatemalteco Renzo Rosal.
Manuel Conde, candidato del partido Vamos del actual presidente, Alejandro Giammattei, se ubica en el tercer lugar con el 8,3% de los apoyos. Le sigue Armando Castillo, del partido Viva, con 7,3%.
El exdiplomático de Naciones Unidas, Edmond Mulet, y la candidata de la coalición conservadora Valor-Unionista e hija del presidente de facto Efraín Ríos Montt, Zury Ríos -quienes eran dos de los grandes favoritos según las encuestas- cuentan con el 7% y 6,8% de los votos, respectivamente.
Victoria del voto nulo
Las elecciones de este domingo estuvieron marcadas por un hartazgo generalizado entre la población por las múltiples denuncias de corrupción en el Estado, denuncias de fraude y el bloqueo por parte de las autoridades electorales de tres candidatos alejados del oficialismo y los grupos de poder (Carlos Pineda, Thelma Cabrera y Roberto Arzú) que según las encuestas contaban con altas posibilidades y que promovieron el voto nulo como símbolo de protesta.
Buena prueba de este desencanto electoral es que el voto nulo, de hecho, fue la primera opción elegida por los guatemaltecos según estos resultados provisionales con un 17,3%.
La participación fue de poco más del 56% de los 9,3 millones de guatemaltecos llamados a las urnas. La abstención en el país es tradicionalmente alta: en 2019 fue del 38% en primera vuelta y del 58% en segunda
La jornada electoral, en la que también se eligieron los diputados del Congreso, alcaldes y miembros del Parlamento Centroamericano, registró incidentes aislados.
Uno de los más importantes ocurrió en San José del Golfo, al norte de Ciudad de Guatemala, donde las votaciones fueron suspendidas debido a disturbios originados por supuestos acarreos y traslados de personas de otros lugares para votar en este municipio.
