Roberto Izikson: “El problema es que el Presidente mete la pata y cambia demasiado de opinión"
-Dado que tras los indultos el Presidente obtiene su mayor índice de desaprobación, esa medida es la decisión más rechazada por la opinión pública en lo que va de su gobierno?
-La desaprobación del Presidente Boric llegó esta semana a 70%, la cifra más alta en lo que va de su gobierno, evidenciando de esta manera el impacto que tuvo la crisis política que desencadeno la serie de errores que rodearon a los indultos y que terminó con la decisión más dolorosa que ha tenido que tomar hasta ahora el presidente: la renuncia de su amigo y jefe de gabinete Matías Meza-Lopehandía.
Y aunque no es habitual que la desaprobación aumente 9pts de una semana a la otra, lo cierto es que la imagen de Gabriel Boric ya había tenido un impacto negativo similar a comienzos de su gobierno, cuando en la tercera semana de abril del 2022 su desaprobación aumentará también 9pts, de 41% a 50%, después de una serie de errores de la ex ministra del interior Izkia Siches y de su oposición al quinto retiro de fondos de pensiones.
A pesar de que esta no es necesariamente la decisión más rechazada por parte de la opinión pública, el momento en el que se produce es probablemente la más compleja para el Presidente. La encuesta Cadem ya había mostrado que Boric era el primer presidente sin luna de miel y que su nivel de aprobación estaba significativamente por debajo que cualquier otro presidente durante su primer año, lo que lo deja en un muy mal pie para comenzar los años que son los más difíciles para los gobiernos, el segundo y tercero: el famoso “invierno”.
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-¿A que atribuyes que el indulto a Mateluna sea significativamente más rechazado que a los 12 presos por delitos durante el 18-0?
-32% estuvo de acuerdo y 64% de desacuerdo con la decisión de indultar a los 12 presos por delitos durante el 18-0, mientras que el indulto a Mateluna sólo tuvo 20% de acuerdo y 74% de desacuerdo.
Los indultos a los condenados por delitos durante el 18-0 eran parte del programa de gobierno, y por lo tanto, su nivel de apoyo tiene una correlación más alta con la aprobación que tenía el presidente la semana pasada (30%) y con el votante del apruebo en el plebiscito de salida (38%), mientras que el indulto a Mateluna está completamente fuera de esta dimensión y además contó con el rechazo explícito de la Fiscalía y de la Corte suprema, que dicho sea de paso, ambas instituciones aumentaron en 10pts sus niveles de aprobación (39% y 32% respectivamente), sus niveles más altos desde que la encuesta Cadem comenzara a medirlas en el 2015.
-¿Cómo interpretas que el 55% esté en desacuerdo con la decisión de Chile Vamos de suspender su participación en el acuerdo contra la delincuencia?
-En los últimos 15 años, la delincuencia siempre ha estado entre las tres o cuatro principales preocupaciones de la ciudadanía, pero nunca había sido por lejos la primera y a una distancia tan significativa. Hoy, el 72% de los chilenos tiene sentimientos negativos sobre la situación del país, donde predominan el miedo, la desesperanza y el estrés. El temor a ser víctima de un delito ha roto todos los récords en todas las encuestas y la gente está demandando cambios que les permitan recuperar sus hábitos.
El Presidente Boric ha tenido que pagar y seguramente seguirá pagando por el error político de los indultos, pero una mayoría de chilenos sigue esperando soluciones concretas y urgentes para enfrentar la delincuencia. Chile Vamos lleva demasiado tiempo preocupado exclusivamente del acuerdo constituyente, que hoy genera poco interés.
En este contexto, no es raro que el 55% estuviera en desacuerdo con la decisión de Chile Vamos de suspender su participación en el acuerdo contra la delincuencia, que la aprobación de Carabineros se esté en su nivel histórico más alto (76%) o que la aprobación de José Antonio Kast (49%) haya sido en diciembre, y por primera vez, más alta que su desaprobación (47%)
-¿Como ves el comportamiento de la oposición frente al gobierno Boric?
-La oposición ha aprovechado políticamente todas las oportunidades que le ha dado el gobierno, ¡y pocas no han sido! El rechazo en el plebiscito de salida ha generado un cambio acelerado en las percepciones de los chilenos. Pero la oposición tiene que entender que tiene una misión superior. Como decía Juan Pablo Luna en su entrevista en La Tercera: “La derecha no se da cuenta que si le va mal al gobierno también les va ir mal a ellos como oposición”. El país aún no ha superado la crisis del estallido social y de la pandemia.
El 2023 enfrentaremos a un país que tiene el nivel de temor a la delincuencia más alto en su historia, con la inflación más alta en los últimos 40 años. Un país que se percibe más pobre, más desigual, más violento y con escasos cambios en derechos sociales. No somos un mejor país de lo que éramos en septiembre de 2019. Chile necesita de una vez por todas un gran acuerdo entre gobierno, oposición y todas las fuerzas políticas del congreso, empresarios y organizaciones sociales que le permita reconstruir el sueño país: que esta generación y las que vengan vivirán en mejores condiciones que las pasadas.
-Muchos analistas consideran que los indultos revelan una desconexión del presidente con las prioridades de la ciudadanía y una mala gestión de los asesores más cercanos al Presidente, los del Segundo Piso. ¿Consideras correcta esa interpretación?
-La crisis política de los indultos ha terminado por validar y reforzar las dos principales razones que tenían los chilenos para desaprobar al Presidente Boric: una medida que va en contra del necesario cambio de relato y actitud en delincuencia (61%) y la falta de experiencia para gobernar junto con los constantes cambios de opinión del presidente (54%).
Eugenio Tironi twitteaba que “Hay algo que nadie puede negar: el hombre reconoce cuando mete la pata y reacciona rápido y a fondo”. Pero el problema no es ese. El problema es que el Presidente mete la pata y cambia de opinión de manera frecuente. Después del triunfo del rechazo y del cambio de gabinete, vimos un nuevo estilo de gobierno, con otras prioridades, con ministros más experimentados y a un Gabriel Boric alineado a ese nuevo estilo. Lamentablemente ese cambio duró sólo cuatro meses.
-¿Hay amateurismo de parte del presidente, como señaló Ascanio Cavallo?
-Hay una evidente tensión entre las dos almas del Presidente. El de la primera vuelva versus el de segunda vuelta. El de los primeros 7 meses de gobierno versus el de los últimos 4 meses post rechazo y cambio de gabinete, versus el de los indultos. El presidente debe tomar una decisión y mantenerla hasta el final. Va a gobernar para su tribu, para los jóvenes, para la izquierda o va a ser el presidente de todos los chilenos, el de la nueva constitución, el que logre un gran acuerdo que permita reconstruir el sueño país.
-¿Piensas que, a solo cuatro meses de su instalación, el nuevo gabinete aparece como desgastado tras los indultos?
-Un gobierno con dos coaliciones y tres almas parece insostenible en el largo plazo. Pero este no es un problema del nuevo gabinete. Es de la falta de consistencia en las decisiones del presidente. La ministra de Justicia pudo haber cometido errores graves, pero la instrucción del indulto la tuvo que dar él y además lleva su firma. En este contexto, la renuncia de su amigo y jefe de gabinete es probablemente la primera decisión con costos personales para el presidente (antes se había negado a los cambios de Jackson, Grau, del director del metro o del embajador de España).
-Los ministros peor evaluados, como Giorgio Jackson y Nicolás Grau, son de Apruebo Dignidad mientras los mejor evaluados son del Socialismo Democrático. ¿Qué dice eso?
-Que la crisis política, económica y social que vive Chile, la más compleja en décadas, hace que una mayoría añore la estabilidad y el orden que le dieron los últimos 30 años al país y que nos permitió dejar de ser un país pobre y consolidarse como uno de clase media, de avanzar en acceso a salud, educación y vivienda. Un país seguro. Que los necesarios cambios que necesita chile para corregir desigualdades y justicia social se pueden conseguir avanzando gradualmente y en la justa medida, y que los cambios radicales no funcionan.
-¿Cómo interpretas que, de cualquier forma, ministras como Tohá tengan una aprobación mucho mayor que la del Presidente?
-Es extremadamente poco usual que el/la ministra del interior tenga una aprobación 30pts más alta que la del Presidente. Por lo general, los niveles de aprobación de los jefes de gabinete se mueven en línea con las del presidente y siempre por debajo.
Que Carolina Tohá tenga hoy un 58% de aprobación se explica por dos razones: con su llegada coincide el cambio de prioridades y de discurso del gobierno poniendo a la delincuencia y la relación con Carabineros en primer lugar, y porque ella refleja lo que ni el presidente ni su primer gabinete tenían: experiencia para gobernar. Ahora bien, quedará pendiente el efecto que puedan tener los indultos en la imagen de la ministra, que, haya estado de acuerdo o no con esta decisión, y siendo la jefa política del gabinete, no tuvo la fuerza o la convicción de frenar a tiempo esta medida.
-¿Qué consecuencias para el resto del mandato de Boric pueden tener los indultos?
-El Presidente Boric comienza el 2023 con un nivel de desaprobación muy alto (70%), en un año donde es muy complejo recomponer su relación con la opinión pública. Las consecuencias estarán por verse, pero con un capital político tan afectado vamos a tener que estar atentos a cómo pueden avanzar (o no) sus principales reformas (tributaria y pensiones) en el Congreso, a como quedan reconfiguradas las fuerzas políticas en el gabinete y en el segundo piso y a los efectos electorales que podría tener su coalición en la elección de convencionales de este año, en el plebiscito de salida y en las elecciones municipales del 2024.
-¿Crees que es suficiente la salida de Ríos y del jefe de gabinete de Boric para sortear la crisis?
-Las renuncias de la Ministra Ríos y del Jefe de Gabinete de Boric no van a cerrar el capítulo de los indultos. Primero porque tal como lo muestra la encuesta Cadem, el 74% está en desacuerdo con el indulto a Mateluna y el 64% con la decisión de indultar a los 12 condenados por delitos del estallido, y las últimas noticias sobre los prontuarios de algunos de ellos no ayudan a moderar el efecto de su decisión.
En este contexto, ¿qué hará el presidente con los indultos? Podría mantenerlos, asumiendo los efectos permanentes que estos puedan tener en su relación con la opinión pública. Puede reversarlos todos, con el debido impacto que tendría en los indultados que ya se encuentran en libertad, sus familias, en el PC, en la Senadora Campillai (voto clave para sus reformas en el Senado) o en su propia tribu. O quizá puede reversar sólo el de Mateluna y de algunos de los 12 condenados donde se cometieron evidentes errores. Como fuera, este es un capítulo que aún esté lejos de cerrarse y el presidente deberá moverse rápido. Dejar abierta esta herida sólo le hace daño.
-¿El manejo de esta crisis qué revela del estilo de gobernar del Presidente?
-Que los principales problemas que ha tenido el gobierno no son de estilo, puedes ser más o menos empático, cercano, líder, gestor, trabajar más o menos en equipo. Cada presidente tiene su propio estilo y Boric también lo tiene, pero el principal problema ha sido su falta de coherencia y consistencia, sus constantes cambios de opinión. Esa falta de experiencia para gobernar. El Boric que ganó fue el de segunda vuelta. El rechazó ya ganó con el 62%. Los ministros del socialismo democrático son mejor evaluados que los de apruebo dignidad. El Presidente lo sabe. Y creo genuinamente qué, así como sólo Nixon podía ir a China, sólo el puede ofrecerle a Chile un reencuentro generacional, un nuevo sueño y meta país donde todos podamos sentirnos interpretados.