Roberto Izikson: “Hay una tendencia al alza del Rechazo y una tendencia a la caída del Apruebo”
-En la encuesta, caen todos los colectivos de la Convención, sobre todo los de izquierda. ¿A qué debe?
-La que más cae es la ex Lista del Pueblo. Eso está asociado a un aumento de la desconfianza en la Convención, que gozaba de una altísima aprobación al momento de su instalación, confianza que se vio afectada por la crisis comunicacional y el escándalo de Rojas Vade. Logra mejorar su aprobación con la elección de Boric, pero ahora está empatada: es igual la confianza a la desconfianza.
-La ex Lista del Pueblo y los Pueblos Originarios caen 35 y 34 puntos. Es una caída demoledora.
-Es muy significativa. Hay un riesgo en transformar la nueva carta magna en una Constitución de derechos que se sienta que son solo para algunos. Está claro que Chile no quiere avanzar hacia la plurinacionalidad, y que el debate constituyente esté cruzado en forma constante en todos los temas por los pueblo originarios no genera empatía.
Los chilenos están de acuerdo con el reconocimiento constitucional a los pueblos originarios, están de acuerdo con reivindicar el lenguaje, la vía política para solucionar el problema en La Araucanía. Pero el debate permanente de que las instituciones estén cruzadas por una óptica de pueblos originarios está generando ruido al interior de la opinión pública.
Sobre todo en el tema de las dos justicias. Tampoco hay acuerdo en que el Congreso establezca cuotas para los pueblos originarios, sino que más bien deberían ser electos como cualquier otro. Se observa una desconexión entre lo que se está discutiendo, lo que se está aprobando en la Convención y el sentir mayoritario de la opinión pública.
-¿Qué normas generan rechazo?
-Se muestra en desacuerdo con los sistemas de justicia, relativizar el derecho de propiedad o cómo se puedan pagar las posibles expropiaciones. La gente está en su mayoría de acuerdo con un presidencialismo moderado, con dos cámaras. Prefiere la multiculturalidad sobre la plurinacionalidad, que ha cruzado todos los temas.
Dicho eso, la posible aprobación al texto sigue siendo significativa por sobre la posibilidad del rechazo. Pero lo que me parece interesante es que las razones de aprobación están asociadas a la dimensión simbólica, que es tener una nueva Constitución nacida en democracia, que supere a la de Pinochet y que se haga cargo de las demandas sociales o más bien la garantización de derechos sociales en salud, pensiones, educación.
El rechazo está asociado a que las propuestas no están gustando y también al desempeño de los convencionales. Probablemente la convención está tratando de construir una nueva casa cuando los chilenos lo que quieren es mejorar la casa en aspectos importantes; quiere cambios pero no radicalidad en los cambios.
Convención: Congreso despacha a ley renuncia de constituyentes
-La encuesta que publicaron el domingo con El Mercurio, daba cuenta de que muchas ideas presentadas en el pleno no tienen apoyos en la mayoría.
-Lo que la gente quiere son cambios, que garanticen derechos sociales, que garanticen una constitución nacida en democracia, pero nadie quiere demoler la casa, quiere mejorarla.
-En twitter, el cientista político Claudio Fuentes criticó la manera de hacer las preguntas.
-Cadem tiene un consejo consultivo que revisa los cuestionarios. En específico ese cuestionario de la encuesta que hicimos con El Mercurio fue revisado por tres constitucionalistas distintos. Es evidente que cuando no gustan los resultados, la crítica fácil es ir hacia las preguntas. Yo invitaría a quienes critican las preguntas a que hagan su propia encuesta, a ver si sale algo distinto.
-Otra cosa llamativa en la encuesta es que hay un apoyo a que la convención extienda su plazo.
-La mayoría cree que la Convención no va a lograr terminar en el plazo la redacción de la Constitución, por lo tanto hoy día la opinión pública respaldaría una extensión. Lo que los chilenos quieren es una nueva Constitución, pero bien hecha, con diálogo, con acuerdo, que permitan los cambios que se necesitan para avanzar en derechos sociales e igualdad de oportunidades.
-Existe la percepción de que el PC y el Frente Amplio son los partidos que tienen más peso en la Convención.
-Es interesante. En términos generales el FA, el PC e independientes parecen ser los más influyentes hoy día en la redacción de la Constitución. Los más informados identifican claramente al FA y eso está asociado a la elección de Boric. El FA se observa como el eje del poder que puede formar mayoría en la Convención. Pero eso trae una consecuencia: se le va a exigir al FA más que al resto de los colectivos, para llegar a una Constitución que se apruebe.
-La gente tiene una perspectiva del futuro positiva. ¿Eso va contra las señales económicas?
-Eso es normal cuando hay un cambio de gobierno. Las expectativas están puestas en cómo Boric puede llevar adelante los cambios que prometió en la segunda vuelta. Y que reflejen ese espíritu que se expresó en su elección. Se produce una renovación de expectativas en el gobierno y por lo tanto aumenta la percepción de que Chile pueda ir por un buen camino o que pueda progresar en el futuro.
-¿Hay una tendencia al alza del Rechazo?
-Hay una tendencia al alza del Rechazo y una tendencia a la caída del Apruebo. Todavía sigue siendo significativa la diferencia entre el Apruebo y el Rechazo. Uno podría decir que hoy día está más o menos en el resultado de Boric Kast. Lo que está en juego es la dimensión simbólica, que sostiene al Apruebo. El talón de Aquiles del Rechazo es que no presenta una alternativa concreta, porque si la alternativa es volver a la constitución de Pinochet, va a ser difícil que el Rechazo pueda seguir creciendo de forma significativa.
Sin embargo, si se mantiene esta desconexión de la Convención con respecto al sentir mayoritario de la opinión pública, el Rechazo va a ir aumentando. Es cierto que todavía la Convención tiene este respaldo simbólico, pero también es cierto que en la medida que pasa el tiempo, que el pleno va aprobando cosas que se alejan del sentido común mayoritario, comienza a crecer la desconfianza, la desaprobación y eso puede tener efectos complejos en el plebiscito de salida.