-Una de las cosas que llama la atención es el aumento de 21 puntos en la desaprobación a Boric en un mes de gestión. ¿Se había visto un alza así en democracia?
-No había pasado nunca. Este el primer gobierno que no tiene luna de miel. Evidentemente gobernar se ha vuelto cada vez más complejo. Por eso, cuando uno mira los puntos mínimos de aprobación, estos han ido cayendo. El punto mínimo de aprobación de Bachelet 1 fue 35%; el de Piñera 1 fue 23%; el punto mínimo de Bachelet 2 fue 18% y el de Piñera 2 fue 9%.
Es decir, no sólo es difícil instalarse en La Moneda, sino que la opinión pública se pone en algún momento más crítica. Y gobierno tras gobierno las exigencias son mayores. Por otro lado, los períodos de recuperación se han vuelto más tardíos. Lo que no había ocurrido hasta ahora es que la desaprobación aumentara 21 puntos en su solo mes y que un gobierno no tuviera luna de miel.
-La aprobación a Boric llega al 44%. ¿Qué grupos que votaron por él ya se han ido distanciando o decepcionando?
-Te doy un ejemplo: para Bachelet y Piñera llegar a este punto de 40% de aprobación, tuvieron que pasar 25 semanas. Tengo la impresión de que una de las principales explicaciones tiene que ver con esta brecha generacional: hay una polarización generacional, que hace que los segmentos de edad que no están cercanos al presidente Boric lo desaprueben de forma directa. Hoy día hay 20 puntos de diferencia en la aprobación al Presidente entre los jóvenes de 18 y 34 años, que los mayores de 55.
-Aparte del tema generacional, ¿cuáles son las razones de esta falta de luna de miel? ¿Un problema de expectativas?
-Hay varias razones. Es evidente que tiene costos los errores de la ministra Siches, por una parte, pero no es el único. Creo que había altas expectativas por parte de personas identificadas con la centroderecha, el centro, sectores independientes, los mayores de 55 años, de que con este gobierno se iba recuperar el orden público, que iban a desaparecer los viernes de Plaza Italia.
Había muchas expectativas de que se iba a reducir el terrorismo de La Araucanía, que iba a haber un diálogo fluido. Por otro lado tenemos un tema heredado, que es la delincuencia. Los chilenos sienten que es cada vez más reiterativa y más violenta.
-¿Cuánto influye el tema económico? La inflación se está notando cada vez más en productos de consumo básico.
-El factor económico es una de las principales causas de descontento. O sea la inflación está impactando de tal manera que hoy día el 73 % cree que la situación de los consumidores para comprar bienes y servicios es muy mala/mala, que es la cifra más alta desde que comenzamos esa serie en marzo de 2014. Nunca había sido tan negativa.
Súmale a eso, otro dato relevante: la percepción de que Chile va por un buen camino en el primer mes de Bachelet estaba en torno al 75%, en Piñera estaba en 79% y aquí está en 43%. Entonces es una situación muy compleja.
Y por último, el otro factor tiene que ver con la Convención. El Presidente, desde lo simbólico, está unido a la Convención, porque representa lo nuevo, un cambio. Y que hoy día se haya confirmado que el Rechazo está significativamente arriba del Apruebo, evidentemente no es bueno para Gobierno.
-La caída de Izkia Siches es bastante fuerte. ¿Esto afecta su capital político?
-Son 9 puntos en tan solo una semana. Cuando el gabinete había sido recién nombrado, Siches estaba entre las tres más conocidas y las tres mejor evaluadas. Hoy día es la peor evaluada entre los ministros con más de 40% de conocimiento. Y claro, la evaluación de la ministra del interior no debería estar en un 45% pasado solo un mes. Yo recuerdo que la aprobación de Chadwick a esta altura era de un 60%.
Dicho eso, la ministra Siches cae especialmente en los hombres, en los mayores de 35, clase media y alta, en regiones, en la derecha y el centro, pero no cae significativamente en las mujeres ni en los jóvenes ni en la izquierda, ni en la centroizquierda, ni en Santiago, que es donde está el capital electoral del Gobierno. Y eso da cuenta de que todavía hay un capital político importante, que no se ha perdido.
-El ministro de Educación, que reconoció que fue un error no reabrir colegios, es el mejor evaluado.
-Yo diría que hay que destacar especialmente el caso de Marcel, porque tiene 65% de conocimiento, en cambio Marco Antonio Ávila tiene 46%. En la relación conocimiento aprobación me parece que el caso más destacado hoy día es el de Mario Marcel.
-Uno de los datos novedosos de esta encuesta es sobre la tercera vía: un 51% estaría de acuerdo con incorporarla al plebiscito de salida. Y en ese escenario habría un 38% que votaría por esta tercera opción; un 32% aprobaría la propuesta de la Convención y 23% rechazaría.
-Lo relevante es que muestra la dimensión más pura del rechazo, que es de 20-23 %. Hoy día el Rechazo, que está en un 44% y ganándole al Apruebo (39%), está compuesto de dos grandes grupos: aquellos que está directamente por rechazar y otros que quieren una nueva Constitución, pero no quieren la que está proponiendo la Convención. Este último sector es la mitad del Rechazo.
Eso no se da en el caso del Apruebo: el 70 % del Apruebo votaría de nuevo Apruebo, con esta tercera vía o no, y sólo un 20% se pasaría a una tercera vía. Da cuenta de que la gente quiere una Constitución, pero el problema es lo que están proponiendo los convencionales, junto a una visión negativa sobre el desempeño sobre el trabajo constituyente.
-La desconfianza en la Convención llega al 52%. ¿Hay un problema de imagen, una visión de desorden que explica esta cifra?
-Eso se explica porque hay una impresión nítida de que los convencionales se alejan del mandato original: una nueva constitución con derechos sociales garantizados e iguales oportunidades para todos. Y también porque hay una imagen de conflicto, de falta de unidad, de acuerdo, de diálogo entre los constituyentes.
-¿Sigue existiendo un alto apoyo a una nueva carta?
-Evidentemente. Es interesante esta disposición a que haya una nueva Constitución, ya sea esta que promueve la Convención o una distinta. El Rechazo está asociado a una especie de desconexión que está viviendo la constituyente con respecto al sentimiento mayoritario de la opinión pública, que no está de acuerdo con los dos sistemas de justicia, con la plurinacionalidad, con la relativización del derecho de propiedad, con los fondos de pensiones, y otros temas.
-¿La tendencia del Apruebo y Rechazo es estadísticamente significativa?
-El Apruebo partió con 56 % y hoy día va en 39%. Es el peor desempeño que ha tenido el Apruebo desde enero a la fecha. El Rechazo ha crecido 11 puntos desde enero, y hoy la diferencia es estadísticamente significativa. Hay cinco puntos que los separan y eso se ha mantenido estable desde la semana pasada.
-¿Si se votara una tercera vía hoy ganaría?
-Hoy gana la tercera vía, es una diferencia estadísticamente significativa.
-¿Crees que tiene viabilidad política?
-Creo que va a depender de cómo evolucione la Convención y cuál es la propuesta de tercera vía. El riesgo de rechazar por rechazar es complejo y probablemente no es una mala idea que el Congreso plantee que frente a la posibilidad de que gane el Rechazo se considere otro mecanismo para que Chile tenga una nueva Constitución.