Joaquín Lavín: “Chile dejó de crecer y se volvió ingobernable. Le pasa ahora a Boric y le pasará al próximo gobierno”
-¿Cómo conociste a Alberto Mayol, que está en las antípodas políticas tuyas? ¿Cómo vencieron las desconfianzas mutuas?
-Lo conocía porque nos tocó participar juntos en un programa de CNN que moderaba Daniel Matamala hace años atrás. Se llamaba Ciudadanos. Pero desde hace tiempo que le vengo dando vuelta al tema de la gran oportunidad que tiene Chile hoy, y que conecta tan bien con lo que el mundo necesita en su lucha contra el calentamiento global. Y me preocupa que estamos dejando pasar esa oportunidad porque la política se ha transformado en un juego de suma cero y de destrucción del adversario. Y ese ciclo lo repetimos una y otra vez.
Por eso la idea partió simplemente con pensar, ¿qué pasaría en Chile si dejáramos de pelear e hiciéramos lo que realmente hay que hacer para sacar al país adelante? Y para que el planteamiento tuviera sentido de realidad pensé que había que hacerlo con alguien que fuera ideológicamente muy distinto a mi y generacionalmente muy distinto a mi. Y mostrar que si alguien que fue candidato presidencial del Frente Amplio, como Alberto, y alguien que fue candidato presidencial de la UDI, como yo, pueden entenderse y llegar a mínimos acuerdos comunes, quiere decir que es posible lograrlo en Chile. Las naturales desconfianzas fueron disminuyendo al tener varias reuniones, conocernos más y decirnos las cosas con franqueza.
-Mayol dice que Chile ha perdido doce años. ¿Estás de acuerdo? ¿Qué responsabilidad tiene la derecha y el ex presidente Piñera que gobernó dos veces en ese período?
-La realidad es que desde hace ya más de una década Chile dejó de crecer, y además se volvió crecientemente ingobernable. Eso le ha pasado a todos los últimos presidentes, le pasa ahora a Boric y le pasará al próximo gobierno, si no hacemos nada por cambiar las cosas. Para la derecha, que tiene altas probabilidades hoy, el desafío no es solo ganar, sino cómo gobernar después. En términos económicos caímos en la trampa de los países de ingreso medio y no hemos logrado salir.
-Hablas de un nuevo pacto social. ¿Qué características debería tener?
-Chile necesita una tregua, un relato compartido y un nuevo pacto social. Los pocos países que han superado esa trampa a la que me refería antes lo han hecho con un nuevo pacto, que priorice el crecimiento económico. Si eso falla, y Chile no crece, el país seguirá deteriorándose. Sería una tragedia porque tenemos cobre, litio, hidrógeno verde, energías limpias, todo. Nos estamos farreando eso.
-Hablando de acuerdos, ¿qué te parece el diálogo entre el presidente Boric y Chile Vamos? ¿Crees que pueda dar frutos, pese a las asperezas del primer encuentro?
-Me parece muy bien el diálogo. Y me pareció muy bien que el Presidente Boric haya invitado al Presidente Piñera a viajar juntos a Paraguay y hayan aprovechado de conversar. Chile necesita fomentar la amistad cívica a mil. Obviamente el diálogo no puede concentrarse en solo dos temas, que además no son los más prioritarios hoy para la opinión pública. Seguridad, crecimiento, empleo, lucha contra la corrupción, disminuir las listas de espera, vivienda, educación, tienen que ser parte de ese diálogo.
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-¿Por qué piensas que Chile necesita una tregua? ¿La clase política actual está muy lejos de esa posición?
-Chile necesita una tregua. Darnos la posibilidad de llegar a acuerdos mínimos. La polarización es un fenómeno mundial, pero Chile siempre fue distinto. Por eso quisimos mostrar en el encuentro en Icare el tamaño de la oportunidad que estamos dejando pasar, y como la política es hoy el principal obstáculo para aprovecharla. Ojalá también logremos aprobar una nueva constitución. De lo contrario será un nuevo fracaso, y estaremos cerca del “que se vayan todos”.
-¿El nuevo modelo de desarrollo debe tener en el centro las energías limpias? ¿Ves al ministro de Hacienda en esa dirección?
-El relato compartido, que debería ser asumido por todos, consiste en que Chile puede ser una potencia verde, ayudando al mundo en sus metas de descarbonización, y beneficiándonos de los altos precios que el mundo está dispuesto a pagar hoy por nuestros productos. Seguro que el Ministro Marcel lo tiene claro, pero lamentablemente si tú hablas con los inversionistas te van a decir que los proyectos están parados. Más que nada por la permisología. Necesitamos un fast track para los proyectos de la economía verde. Esto también debe ser parte del diálogo.
-Respecto de estos temas, ¿has cambiado mucho desde la Revolución Silenciosa? ¿Qué hitos te marcaron?
-Los años y las experiencias de la vida te van haciendo cambiar. Me cambió el trabajo como alcalde, dándome cuenta mucho más de los problemas cotidianos, y especialmente de la necesidad de tener un país más seguro. La experiencia de ministro me hizo conocer por dentro las ineficiencias y debilidades del Estado. Por eso hoy creo en una economía libre pero con un Estado mucho más eficiente y ágil. Australia, Nueva Zelanda, los países del norte de Europa, deben ser nuestros referentes. Además, respecto a mis primeros tiempos en política, hoy creo mucho más en la amistad cívica, la búsqueda de acuerdos, el respeto a las diferencias y la necesidad de encontrarnos en posiciones comunes.
-Si esta estrategia que planteas necesita liderazgos, ¿volverías a la política? ¿Qué te acerca y qué te aparta de ella?
-Estoy alejado de la política electoral. Ese tiempo ya pasó. Pero sí me interesa contribuir a que el país aproveche la oportunidad que tiene. Sí creo que se necesitan líderes que estén dispuestos a pensar “fuera de la caja”, y que también se atrevan a enfrentar a su propio sector si es necesario.