Ex Director de Gendarmería por caso de juez Urrutia: "Es un problema que afecta a la democracia”
-¿Lo ocurrido con el juez Urrutia es realmente un problema de seguridad mayor o se trata netamente de un tema de protocolos?
-Es más que un problema de seguridad mayor, es un problema que afecta a la democracia. Porque estos criminales que tienen altas condenas no tienen nada que perder. Y esta posibilidad que se les da, de tener comunicaciones con sus seres queridos, para ellos es la oportunidad de evadir la justicia.
Es grave porque hay un riesgo inminente de que estas llamadas sean oportunidades para coordinar distintas acciones -dada justamente las altas condenas que purgan- como un rescate a través de una salida al hospital o tribunales. También pueden estar entregando instrucciones hacia afuera.
-¿Entonces ese control desde adentro de las cárceles es un modelo que ya está ocurriendo en Chile?
-Eso ya se está haciendo. En el momento que encuentras 24 mil teléfonos al año es porque claramente tienen poder para entrar teléfonos celulares. Con esos dispositivos se cometen delitos, se extorsionan a los mismos privados de libertad, se generan acciones delictuales al exterior y se ordenan ejecuciones desde la cárcel. Esto requiere una ingeniería totalmente distinta, porque si la estrategia criminal cambia, la estructura del Estado también tiene que cambiar conforme a esa amenaza.
-¿En estos momentos las cárceles siguen siendo controladas por Gendarmería o hay penales que son manejadas por grupos crimen organizado o “narcos”?
-Nunca pude decir como director, “nosotros tenemos control total de las cárceles”. Porque mientras teníamos requisa de droga importante al interior de las cárceles, mientras teníamos requisa importante de celulares al interior de las cárceles, eso significa que tenemos vulnerabilidad y por ende hay una brecha que tenemos que superar. Entonces atreverse a decir “tenemos control total de las cárceles porque tenemos un porcentaje bajo de fuga”, “porque no tenemos tantos motines, o tenemos pocos muertos”, no significa que tengamos control de la cárceles.
Control de la cárcel se va a ejercer cuando efectivamente las muertes violentas se reduzcan y tiendan a cero, cuando encontremos muy pocos equipos celulares. Lamentablemente como cualquier sistema penitenciario no está exento de hechos violentos. Pero si ocurre un hecho violento y muere un interno, creo que para decir y afirmar que tengo control de la cárcel, debo tener al responsable frente al tribunal.
Imputados por homicidio de cabo Daniel Palma en el listado de beneficiados por el juez Urrutia
-¿Cuánto influyen los casos de corrupción que el mismo ministro Cordero ha reconocido? Respecto a la baja de funcionarios que hubo en su momento.
-Aquí hay un tema que molesta mucho decirlo, pero nosotros hablamos de un plan anticorrupción en su minuto, y con fuerza lo decíamos. Incluso cuando en alguna oportunidad fui entrevistado dije que no solo la baja, sino que ojalá sea condenado el funcionario con una pena privativa.
Esos funcionarios corruptos afectan la reputación de toda una institución donde es muchísimo más la gente honesta y sacrificada, y eso hay que decirlo con firmeza porque es así. Pero tampoco significa no asumir que tenemos funcionarios que lamentablemente están trabajando para el crimen organizado. Están trabajando para ingresar elementos prohibidos, y esos pocos funcionarios afectan, y no solo eso afecta a la reputación, sino que los ponen en riesgo.
Porque, desde mi experiencia y el análisis que uno ha hecho por años en este tema y viendo además en materia comparada lo que ocurrió en otras cárceles, el tráfico está una línea de tiempo.
-¿Cuál es esa línea de tiempo?
-Al principio ingreso de elementos prohibidos, como alimentos y alcohol. Puede ser en esa línea primera, una conducta más bien cauta. Cuando se dan cuenta que pueden escalar el segundo nivel, son los celulares. Era como la secuencia lógica que hablábamos nosotros, ya que cuando ingresan celulares es porque ya han probado que el sistema les permite hacerlo, y además que es mucho más rentable ingresar un elemento como este porque es altamente valorado también por las bandas criminales.
-¿Y que vendría después?
-Luego la droga y ahí ya tenemos secuestrado totalmente el sistema, porque la droga es bastante lesiva y genera, además, que las bandas criminales se enriquezcan dentro de las cárceles. Y no la distribuyen gratis, la droga la cobran siete u ocho veces más que en la misma calle. El cuarto nivel y último es cuando ingresan armas de fuego, y ahí es porque tenemos totalmente corrompido el sistema. Y esos que ingresan armas de fuego ponen en riesgo a sus propios pares, porque los primeros muertos van a ser los gendarmes. Y los gendarmes honestos y comprometidos, que pensaron que un compañero jamás iba a ser capaz de eso.
La estrategia más importante y eficiente para enfrentar el crimen organizado es empobrecerlo. Detectarlos e ir por todos sus bienes. Esa es una lógica mundial.
-¿Qué otras medidas deberían tomarse para mantener esta situación a raya?
-Primero, categorizar las cárceles por segmentación y nivel penal para evitar el contagio criminógeno. Segundo, implementar un régimen de mayor rigurosidad o régimen diferenciado de reclusión para internos relacionados al crimen organizado, terrorismo, narcotráfico e internos multireincidentes. Esos internos no pueden estar en régimenes ordinarios para internos principalmente primerizos.
También se deben tecnificar las cárceles, es decir, seguridad electrónica. Para así cubrir todos los puntos muertos de las cárceles y evitar muertes donde hay espacios sin vigilancia. Además, sirven para evitar las fugas por suplantación, con un software de reconocimiento facial.