Emilio Berkhoff N° 1: los nexos de la violencia radical mapuche y el crimen organizado
Conversaciones interceptadas. Oye, ¿sabís quién andaba pa’cá? —preguntaba en junio de 2020 Rubén Navarrete a su hijo, en una conversación telefónica interceptada por la Brigada Antinarcóticos y contra el Crimen Organizado (Brianco) de Concepción.
Navarrete, más conocido como “Sampaoli”, era parte del grupo liderado por Yohanny Albornoz González, líder de uno de los principales clanes de narcotraficantes del sur de Chile.
- El “acá” al que se refería era algún lugar del norte del país y el interlocutor era su hijo.
- —¿Quién? —preguntó el joven, ante la pregunta de su padre.
- —El Emilio…
- —¿El Emilio? Ah… —respondió el muchacho.
- —Sí, me saludó altiro, es pulento él.
- —Sipo’, pulento… ¿y anda metido eso? ¿andaba en la cuadrilla? —interrogó el hijo.
- —Sipo’, huevón…
- —Ah, buena.
- —Es seco… —agregó “Sampaoli”, dejando en claro la admiración que tanto él como muchos otros de los miembros del grupo liderado por Albornoz sentían por Emilio Berkhoff, el ex estudiante de antropología que hace algunos años entró a militar a la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM) y que actualmente es miembro de una de sus escisiones, Weichán Auka Mapu (WAM).
Junto con Navarrete y otros sujetos, Berkhoff fue detenido en plena pandemia, acusado de formar parte de una organización criminal que viajaba desde Alto Hospicio, en la Región de Tarapacá, hasta Concepción, con casi 824 kilos de droga. Diecisiete miembros del grupo fueron condenados en noviembre de 2022 a duras penas: 13 años en el caso de Berkhoff, y 25 en el del líder de la agrupación.
- Así como muchos de los narcos lo admiraban por sus conocimientos sobre armas, lucha cuerpo a cuerpo y sus conocimientos relativos a cómo evadir a la policía, el líder de la organización tenía una mirada mucho más pragmática acerca de los posibles beneficios que podría significar para él y su gente el contar con Berkhoff entre sus filas.
- Albornoz fue detenido varios meses más tarde y, en una escucha telefónica que la PDI grabó de una conversación entre él y alguien no identificado, que estaba en ese momento en la cárcel de Concepción, le dio una serie de consejos respecto de la vida en la prisión y el trato con los gendarmes. Entre otras cosas, conversaban acerca de cómo debía sortear el momento un sujeto a quien llaman “El guatón”, quien sería trasladado al mismo penal.
- Según Yohanny Albornoz, este debía acercarse a Berkhoff, asegurando que “por la hueá de los Derechos Humanos y todo eso lo van a huevearlo poco”, agregando su interlocutor que “sipo’, porque tienen beneficios puh”, a lo cual Albornoz replicó que “tiene que puro colocarse el cintillo el guatón cuando llegue no más”, aludiendo al tradicional atuendo.
El viaje al norte. El viaje era casi de rutina, como tantos otros que se efectúan desde distintas ciudades del país hacia el norte en búsqueda de drogas. En este caso eran cinco vehículos que salieron desde Concepción hacia el 9 o 10 de junio de 2020, en plena pandemia, con destino a Alto Hospicio, en uno de los cuales iba Berkhoff.
- Los móviles llegaron a Alto Hospicio, comuna ubicada en la parte alta de Iquique, donde les entregaron la droga, monitoreados por la PDI, que fotografió a los narcos (incluyendo a Berkhoff) en medio de las calles de la localidad, mientras se reunían con el boliviano que les vendió la droga. Tras pernoctar allá, emprendieron el camino de regreso, de 2.250 kilómetros, el 12 de junio.
- El ex miembro de la CAM iba en una camioneta Silverado junto a otros tres sujetos, uno de ellos Patricio Albornoz González, hermano del patriarca del grupo, Yohanny Albornoz. Dicho vehículo cumplía funciones de “punta de lanza”; su objetivo era ir varios kilómetros por delante de los demás, revisando que no hubiera controles policiales o imprevistos en el camino.
- Las escuchas telefónicas que la policía practicaba al grupo evidencian no solo la función de Berkhoff, sino también la familiaridad con que este se trataba con Jorge Muñoz Catril, quien iba en una camioneta Mitsubishi que llevaba en su pick up 576 kilos de droga, fundamentalmente pasta base, con un valor callejero cercano a los dos mil millones de pesos (en otro vehículo, una Ford F150, transportaban los 266 kilos restantes).
- En uno de los audios se escucha a Berkhoff decirle a Muñoz “atento hermanito, vamos entrando al peaje, vamos entrando al peaje, yo te digo lo que voy viendo, al momento no se ve nada, nada, nada, nada… nos vamos acercando.. acercando… y al parecer está limpio, no hay frontera sanitaria, tampoco veo… a ver, ahí veo una baliza, una baliza de ambulancia, bomberos, pero es azul con rojo, no son los giles. Está limpio hermano, no se ve policía, no se va nada, nada, nada, está ultra tranquilo, así es que póngale nomás, con confianza”.
- En un nuevo audio, aconsejaba a Muñoz: “hermano, acabamos de pasar un área de control de los giles, está tirao’ hermano, póngale nomás, con tranquilidad, no hay ni un bastardo, ni un bastardo”.
- Sin embargo, la confianza y seguridad pronto comenzó a dar paso a la cautela, como evidencian las escuchas posteriores. En el siguiente mensaje le explicaba: “compañero, en la entrada de Los Vilos hay un servicentro Copec, en el servicentro Copec hay una Amarok ploma. Ahí están los giles, están comiendo tres giles. No haga tal de meterse pa’ allá. Usted siga carretera nomás, usted siga carretera nomás, y vivo con esa Amarok, ¿ya? Nosotros ‘tamos aquí peinando, compañero”.
- Posteriormente, en otra escucha, Berkhoff hablaba en voz baja, casi susurrando: “hermano ¿y tenís el mapa ahí contigo, un (google) maps? Porque yo estaba viendo que si cruzái Los Molles pal lado de la cordillera ahí igual tenís hartos caminos, hartas venitas por las cuales subir un poquito por la montaña, poh, e incluso avanzar, ir la montaña. Eso te recomendaría yo, si no podís ir pal lado del mar, poh, pero tenís que achamparte, ahora ya y esperar que se levante el toque de queda, hermano… porque los huevones andan peinando por el toque de queda”.
- Más tarde, le explicaba: “compañero, estuvimos conversando con los chiquillos y conversando aquí con un experto en la zona, y dijo que el horario más conveniente pa’ moverse es entre las 5 y las 7, sobre todo ahora que está empezando el mal tiempo”.
A “encaletarse”. Ante ello, le aconsejaba a Muñoz que “el Yohanny te peine ahí, ahora a las 5, y cuando te dé tranquilidad tu avancís lo más que podái hacia el sur, hermano, ojalá que podái pasar Santiago y, si hay un parón brígido, que despabile al Yohanny, tú te buscái un lateral hasta donde te sintái seguro. Cuando ya no te sintái seguro te encaletái nomás y esperamos que llegue la nave del sur”, en referencia a un vehículo que esa mañana había salido desde Concepción y al cual debían trasvasijar la droga, al sur de Santiago.
Observatorio de la costa: "Más de 50 playas están retrocediendo alrededor de 1,5 metros al año"
La pregunta, entonces, es dónde nació el vínculo y si la participación de Berkhoff en estas actividades tenía que ver con lucro personal o si estaba en ellos buscando fondos destinados a su causa.
- Como aparentemente pensó que no le habían hecho caso, insistió: “hermano, encalétate y sobrevive. Yo te digo que si estái en Los Molles, te vayas a meter como pa’l lado norte de la playa, ahí se ve que está como eriazo”, aseverando que “ahora hay que encaletarse, porque los huevones andan activados en la ruta”, refiriéndose a la policía”.
- Su información era correcta. A esa hora, la policía uniformada había detenido uno de los vehículos en Los Molles, conducido por “Sampaoli” (debido a que iba a exceso de velocidad y porque el móvil tenía los documentos vencidos), y Berkhoff se daba cuenta que quizá estaban en un problema severo.
- Tal como le indicó a Muñoz, debía “achamparse” y “encaletarse”; es decir, buscar un lugar donde esconderse mientras pasara el peligro.
- Sin embargo, nada de lo anterior sirvió. Uno a uno la PDI fue interceptando los vehículos de todos los implicados, incluyendo el de Berkhoff, que fue detenido en Los Vilos.
- Al interior de la camioneta la policía encontró una caja con 50 tiros calibre 9 mm., pero sin armas. Ante ello, la fiscalía cree que lo más probable es que, tras la detención por parte de Carabineros de “Sampaoli” Berkhoff y los demás pensaron que eso podía significar un arresto en tándem, por lo cual se deshicieron de la o las pistolas que probablemente portaban, algo especialmente complejo para Berkhoff, que en 2015 ya había sido condenado en Cañete por porte ilegal de armas de fuego y municiones.
- Por cierto, la policía y la fiscalía creen que ese no era el primer viaje del activista. De hecho, de la conversación de “Sampaoli” con su hijo se desprende que al menos este, un narcotraficante con domicilio en la comuna de Hualpén, aledaña a Talcahuano, lo conocía de antes, al igual que el joven.
- La pregunta, entonces, es dónde nació el vínculo y si la participación de Berkhoff en estas actividades tenía que ver con lucro personal o si estaba en ellos buscando fondos destinados a su causa.