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Convención mixta se impone en negociación constitucional, pero PC y partido de Boric frenan acuerdo

Convención mixta se impone en negociación constitucional, pero PC y partido de Boric frenan acuerdo
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En una maratónica jornada en el ex Congreso, la centroizquierda, la DC, Amarillos, los Demócratas y la centroderecha avanzaron sobre una fórmula de un órgano redactor mixto, que incluye a 70 convencionales electos popularmente y 36 elegidos por el Congreso. El problema fue que el PC y Convergencia Social, el partido de Boric, insistieron en que la nueva Convención sea 100% electa, como ha planteado el Presidente. Las tratativas podrían cerrarse este miércoles o la próxima semana, lo que supone dar más tiempo a Apruebo Dignidad para desembarcarse de su iniciativa.

El partido de Boric en el centro de la negociación. A las 10:00 AM de este martes, tres meses y dos días después de la derrota del Apruebo en el plebiscito, los representantes de los partidos políticos llegaron al ex-Congreso para continuar las negociaciones para redactar una nueva Constitución.

  • Para algunos, la negociación de esta jornada partió cuando Diego Ibáñez, el presidente de Convergencia Social, pidió excusas por los duros mensajes contra la derecha que el día anterior había publicado a través de redes sociales su colectividad, la misma donde milita Boric. “Porque la Constitución es la guía del país y no se puede hacer sin escuchar las demandas del pueblo de Chile. ¡No dejemos que queden en manos de los mismos de siempre!”, decía el mensaje, acompañado de una imagen con los rostros de los UDI Javier Macaya e Iván Moreira y los RN Diego Schalper y Francisco Chahuán.

 

  • Buena parte de los presentes sabía que Ibáñez había estado hablando profusamente con el Presidente en las últimas horas. Y que, junto al PC, hasta la noche siguió a firme en la posición que viene empujando el Presidente: Que el órgano redactor de la nueva Constitución sea 100% electo, un escenario que estuvo lejos de volar en las negociaciones de este martes, marcadas por una suerte de pre acuerdo de la centroizquierda y la centroderecha por configurar un sistema mixto para la nueva Convención. Se trata de un mecanismo apuntalado por Chile Vamos, que ya había logrado definir bordes en las bases constitucionales y un arbitraje para cautelarlos.

Un tema de números. La fórmula que hasta anoche tomaba fuerza apunta a establecer un porcentaje mayoritario de integrantes electos y otro designado y ratificado por el Congreso, con derecho a voz y voto.

  • La negociación se tradujo por instantes en un tema de números.

 

  • Cerca de las 12:00 horas, luego de que los partidos oficialistas pidieron un primer break para conversar entre ellos los planteamientos de Chile Vamos, el presidente de la DC, Alberto Undurraga, propuso una nueva alternativa: Que la nueva Convención sea constituida por 70 miembros electos y 36 expertos designados por el Congreso.

 

  • La alternativa fue bien acogida por la centroizquierda, como se mencionó anteriormente, no así por el PC y Convergencia Social.

 

  • Otra alternativa que se puso sobre la mesa fue la instalación de un organismo compuesto por 75 electos y 25 expertos elegidos por el Parlamento.
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  • A partir de entonces se hicieron nítidas las diferencias entre el Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad, que consultaban con sus bancadas si había piso político para esa alternativa.

La aparición de Cristián Warnken. Cerca de las 20:00 horas llegó a la reunión el presidente de Amarillos, Cristian Warnken. El abogado Zarko Luksic lo fue a buscar al ingreso del ex Congreso y alimentó la especulación de que el acuerdo era inminente. Más cuando, 5 minutos después, volvió al lugar la presidenta del PPD, Natalia Piergentili.

  • El problema fue que el PC y Convergencia Social seguían sin dar su brazo a torcer, lo que enrostró la derecha adentro y al concluir el encuentro: Todos sus representantes pusieron el foco en el partido de Boric por no haber conseguido un acuerdo, tras 13 horas de negociaciones, trasladando el costo del traspié al despacho presidencial.

 

  • Si bien aún no se define un calendario de votaciones o el número exacto de escaños reservados, entre otras cosas, el que Apruebo Dignidad -el bloque hegemónico en la Convención Constitucional y de la articulación de su propuesta- diera luz verde a la negociación era clave para cerrarla la noche del martes.

 

  • Los problemas, sin embargo, también se hicieron sentir en Chile Vamos en un momento de la reunión. En una conversación informal, el presidente de RN, Francisco Chahuán, le habría propuesto a Diego Ibáñez la opción de establecer un plebiscito de entrada.

 

  • La idea fue completamente rechazada en Chile Vamos. El diputado Guillermo Ramírez (UDI) le habría recriminado a Chahuán lo ocurrido. Para algunos en ese momento se estaba a un paso de cerrar un acuerdo.

 

  • A las 19:30 se dio un nuevo receso, para estudiar la fórmula propuesta por Alberto Undurraga. En el intertanto, el presidente de la Cámara de Diputados, Vlado Mirosevic habría acudido donde Chile Vamos para afirmarles que parte del oficialismo estaría dispuesto a ceder en dicha proposición.

Trasfondo. Las negociaciones dejaron al menos 2 flancos dando vueltas.

1. El error de Boric (y la presión sobre él). El Mandatario se reunió el miércoles pasado con el senador Macaya, donde conversaron sobre la posibilidad de que un grupo de expertos propusiera una alternativa de nueva Constitución a un órgano redactor 100% electo, el que luego sería refrendado por 4/7 del Congreso. La fórmula no voló, pero el Presidente siguió intentando alinear a todo el oficialismo para que el nuevo ente constitucional sea totalmente electo, lo que lo expone a una derrota y a instalarse en medio de la división de sus dos coaliciones, pese a que La Moneda quiere apurar un acuerdo bajo la tesis de que Boric será quien firme la nueva Constitución y que un acuerdo razonable equivale a un buen acuerdo para él.

  • La derecha puso todo el peso del fracaso de la negociación en el diputado Diego Ibáñez y el partido de Boric, con lo que, para algunos, supone relevar el rol del Mandatario frente a su colectividad (y Apruebo Dignidad, la coalición con la que llegó al poder).

2. Los tiempos y los costos. Tal como ocurrió con el Partido Republicano, en la mente de todos los negociadores siempre ha estado sobre la mesa que el PC pueda terminar pateando el tablero y no firmar un acuerdo (las bases del partido piden una transformación al modelo, lo que resulta inviable bajo el modelo de un sistema mixto). El problema radica en qué hará el Frente Amplio.

  • Entre algunos negociadores se ha instalado la idea de que el acuerdo nunca pudo ser firmado hoy, y que tampoco se hará esta semana, ya que se requiere un tiempo para que los comunistas -o al menos en Convergencia Social- tengan un tiempo para desembarcarse de la idea de que sea un órgano 100% electo el que redacte la nueva Constitución.

 

  • Todo apunta, de todas formas, a que la centroderecha y la centroizquierda llegarán a un acuerdo. Faltó poco, hace algunas semanas, para que concordaran que el órgano redactor fuera 100% electo por el Congreso, lo que dividió al oficialismo. Y todo apunta también a que, de existir un entendimiento, los grandes derrotados serán precisamente el FA y el PC, que no firmó el acuerdo del 15 de noviembre de 2019, pero que ahora puede enredar a Boric al formar parte de la coalición de gobierno.
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