En conversación con El Siglo, tras la aplastante derrota del Apruebo, Jorge Baradit fijó algunas posiciones. A continuación algunas de ellas.
1. “Hubo malas cuñas y algunos pocos convencionales cometieron errores de protocolo que espantaron al chileno promedio. Pero sería subestimar al país pensar que porque alguien votó en la ducha rechazarían un texto tan relevante. Pero sí hubo otros pasajes más graves: interrumpir el himno o sugerir que podrían cambiar la bandera son cuestiones con las que en nuestro país no se juega. Ahí habría que preguntarle a la protagonista su opinión”.
2. “Pero esa misma Convención poco formal, más cientos de asesores, expertos y gente de movimientos sociales, es la que produjo un texto que fue alabado internacionalmente por economistas, medioambientalistas y constitucionalistas de prestigio internacional”.
3. “Hubo grupos de independientes con agenda propia y muy poca cultura política, que entraron buscando instalar su agenda sin los mínimos éticos para dialogar. Y hubo grupos de activistas que persiguieron instalar sus causas específicas sin la responsabilidad que requiere pensar la Constitución como un todo integral país”.
4. “Lo que acaba de ocurrir, básicamente, es que la elite política conservadora de Chile terminó de adueñarse de un proceso que no le pertenece, se demoró solo tres años”.
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5. “Yo diría que acusar exclusivamente a la Convención es fabricar un chivo expiatorio muy convincente para todos, pero poco útil al momento de hacer un análisis serio. Acá hay responsabilidades también de las autoridades que comenzaron a hablar de la tercera vía, de una nueva Convención y nuevas rutas antes de votar siquiera, diciéndole a la gente que le salía gratis rechazar si no le parecía del todo bien el texto”.
6. “También (hubo) responsabilidad de la gente detrás del Rechazo, que invirtió cifras multimillonarias para inundar Chile de noticias falsas y desinformación que llegó intencionadamente al corazón de la gente más humilde. Con los años sabremos quiénes financiaron, quiénes orquestaron y quiénes están detrás de una operación que invirtió millones de dólares en aterrorizar a Chile con una nueva Constitución que era, de hecho, bastante moderada”.