A inicios de agosto, en el marco de la política de austeridad que había anunciado La Moneda, la subsecretaría de Relaciones Exteriores, al mando de Ximena Fuentes, emitió una circular en la que pedía a las embajadas de Chile en el extranjero no celebrar las Fiestas Patrias.
“En el marco de la política de austeridad y eficiencia de recursos fiscales, instruidas por la Presidencia de la República, junto con reiterar que su plena aplicación es obligatoria, se reitera el punto 8 del documento adjunto”, indica la circular, aludiendo al texto suscrito por el Presidente Boric el 25 de marzo.
“Los ministerios y servicios no podrán realizar celebraciones generales ni aniversarios que impliquen desembolsar gasto fiscal. En virtud de lo anterior, no se podrá arrendar infraestructura para actividades institucionales”.
“Se solicita a las y los jefes de Misión abstenerse de realizar celebraciones de Fiestas Patrias”.
El viernes pasado, sin embargo, la subsecretaría envió una nuevo instructivo a las embajadas de Chile en el extranjero.
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Un personero diplomático señala que la nueva circular indica que, teniendo presentes las restricciones de austeridad impuestas, las embajadas sí podrán realizar celebraciones de Fiestas Patrias, pero sugiere que las ceremonias sean sobrias y acotadas y que se reduzcan los gastos.
La circular de agosto había dejado perplejo al mundo diplomático, ya que en general los embajadores invitan a altos representantes de los países a este tipo de ceremonias, lo que constituye un buen momento para estrechar relaciones y ejercer diplomacia de una manera más distendida e informal.
La nueva decisión, sin embargo, nuevamente sorprendió a los diplomáticos, ya que surge 9 días antes del 18 de septiembre y muchas embajadas ya habían dado explicaciones a las autoridades locales respecto a que el gobierno chileno había optado por no celebrar Fiestas Patrias a partir de la política de austeridad de Boric y el plebiscito del 4 de septiembre. Se añade que en 9 días es muy difícil realizar recepciones, ya que se requieren planificar con al menos un mes de antelación y que los usos diplomáticos así lo aconsejan.