-En la última encuesta Criteria, aumenta un 10% el rechazo al proceso llegando a un 41%. ¿Cuál es la evaluación que haces frente a este panorama desalentador?
-Bueno, es ciertamente inquietante. Varias encuestas coinciden en que aumenta el rechazo respecto de un texto que todavía no está terminado. Y eso quiere decir que ese rechazo se explica más bien por el contexto político que se vive.
-¿En qué sentido?
-Es probable que el momento en que se conocieron las enmiendas haya influido en el incremento del rechazo o al menos en la distancia con el proceso constitucional.
-¿Una parte importante de las enmiendas tiene un perfil conservador? Son 400 del Partido Republicano.
-Algunas enmiendas del P. Rep. son, francamente, contrarias a un ideal liberal democrático. Creo que Republicanos no logra contener esa pulsión por la identidad que suele ocurrirle a las mayorías.
¿Por qué digo esto? Porque la carga identitaria es contradictoria con un ideal democrático. La sociedad moderna se concibe como diversa, como plural, donde conviven diversos proyectos y planes de vida, y el sistema político se encarga básicamente de respetar esa diversidad cultural y moral. Y no se pretende imponer una cierta identidad hegemónica.
-¿Cuáles enmiendas te parecen que son las más críticas?
-Aquellas que pretenden imponer concepciones de orden moral. Por ejemplo, la que invalida materialmente la ley de aborto por tres causales. A mi juicio, eso es querer convertir una cierta doctrina moral en derecho público.
-¿Cómo calificas las relaciones que está teniendo la izquierda con los republicanos?
-Yo no hablaría de crispación. Estamos todos actuando con esa cautela que se requiere para no dañar el proceso. Pero claro, las distancias en algunas materias son muy relevantes. Sin embargo, todos han actuado con bastante madurez y sentido de la de la responsabilidad. Más que crispación, hay un estado de alerta, que es recíproco.
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-Respecto de Chile Vamos, ¿ha sido más fácil el diálogo?
-Son más fluidas las relaciones con el Chile Vamos entre los distintos sectores de la lista Unidad para Chile (alianza oficialista). Eso es así. Y probablemente eso ayude mucho en la discusión que viene. Pienso que responde a tradiciones políticas que han convivido largo tiempo, con diferencias obviamente, durante 30 años.
-Con el fracaso anterior en mente, ¿hay un afán por no salirse de madre?
-Desde luego, pero hemos tenido algunos desacuerdos en relación al cronograma. Nosotros tuvimos que introducir un cambio porque debiéramos haber iniciado la discusión en particular y las votaciones en cada comisión el día 1 de agosto. Lo cierto es que hubo diferencias, especialmente de parte de los republicanos, quienes pidieron prolongar la visita de expertos. Y eso nos obligó a hacer una modificación en el cronograma porque fue necesario instalar una actividad intermedia que fue de exposición y análisis de las enmiendas. Este lunes 14 iniciamos la discusión en particular de cada enmienda.
-Criticaste a la Presidenta del Consejo Beatríz Hevia (PR) porque se juntó con Carabineros. ¿Te pareció inconveniente?
-Di por superada esa diferencia. Me pareció que podría haberse hecho mejor y que fuera comunicado por la propia Presidenta o por la Secretaría.
-¿No se informó?
-No, no fue comunicado. De hecho, un medio de comunicación publicó esta noticia y así nos informamos. Y eso no contribuye a mantener la buena forma en que hemos venido conversando. Pero no tengo duda en que vamos a continuar trabajando.
-¿Crees que es negativo que se junte con Carabineros?
-No, no tiene nada de malo. Que quien representa al Consejo Constitucional, es decir, la Presidenta, se reúna con una institución policial o con algún otro órgano público, en sí mismo está muy bien. Pero cuando se está en estos cargos es necesario siempre cuidar las formas, los procedimientos, porque ocupamos una responsabilidad, una función, un cargo público.
-¿Cómo recibiste los comentarios o las críticas que hizo la Presidenta Bachelet sobre el Consejo? Dijo que falta buscar las cosas que nos unan. Y criticó que algunas enmiendas escapaban del ámbito constitucional.
-Fue un aporte, en el sentido de que analizó el contenido del anteproyecto y de enmiendas significativas y a partir de eso me formuló unas conclusiones, unas observaciones críticas.
-Pero dijo que ni la inseguridad ni delincuencia se arreglan en la Constitución.
-A mi juicio, uno de los flancos críticos que se abren es que en algunas enmiendas republicanas hay un predominio de la contingencia. Eso se traduce en que tú buscas incorporar en la Constitución respuestas propias de políticas públicas, no de normas generales y abstractas, que son las que debe haber en una Constitución. Y tienes el riesgo de terminar en enmiendas que parecen más bien parte de un programa de gobierno. Y así nos hemos alejado varios pueblos de lo que debe hacer una Constitución. Una de las críticas al Consejo ha sido la carga identitaria. A eso agrego esta tentación por aprovechar o dar respuesta a la contingencia.
-¿Cómo ha avanzando la Comisión de Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales, a la que perteneces?
-Hay diferencias muy significativas en cuanto a derechos sociales, pero no está en juego un modelo. Chile va a seguir teniendo una economía capitalista. Eso no está en discusión. Lo que está en discusión es si los derechos sociales van a ser provistos a partir de un Estado social y democrático de derecho. Todos estos Estados sociales tienen economías capitalistas. El Estado se hace parte de aquellas necesidades másrelevantes, básicas, para el desarrollo de la persona humana. Bueno, esos son estados capitalistas.
-Cuando el presidente dijo que una parte suya quería superar el capitalismo, ¿se equivocó?
-Yo no participo de esa idea. La literatura y la experiencia comparada muestran que en las economías capitalistas hay estados sociales y democráticos de derecho, que alcanzan los más altos estándares en la satisfacción de esos derechos. Y me permitiría decir que no conozco otra combinación o alternativa de economías capitalistas compatibles con la democracia social y política, donde los derechos sociales no están mercantilizados.
-Hubo 1000 enmiendas. ¿Crees que el texto de la comisión experta debería ser lo menos tocado posible?
-El anteproyecto es un valioso esfuerzo de un consenso político que debía marcar un hito en en la historia constitucional de Chile. En Unidad para Chile fuimos quienes incorporamos el menor número de enmiendas, no solo desde el punto de vista del número, sino que también desde el punto de vista del contenido. Nosotros básicamente quisimos reforzar o complementar los acuerdos sustantivos que están en el anteproyecto. Pero en enmiendas de Republicanos hay una cierta tentación refundacional, que rompe con una tradición institucional y democrática en Chile.
-¿Cuáles?
-Crear tribunales especiales, que se declare como no vinculantes a los tratados internacionales, eso le hará muy mal al país. Disminuir la jerarquía de los tratados internacionales sobre derechos humanos. Esa es una diferencia infranqueable. No estoy de acuerdo en que se disminuyan las facultades del control administrativo por parte de la Contraloría General de la República. Tampoco me parece correcto reducir el número de parlamentarios. Son ideas inspiradas en instalar, finalmente, una nueva era constitucional, que se apartan de nuestra tradición.