-¿Cuál es tu percepción general del discurso? ¿Marca un giro o es más de lo mismo?
-Es el reconocimiento de la mutación experimentada en estos dos años del ejercicio del poder. El tiempo que le dedicó a las prioridades de la gente en desmedro de las de su tribu -particularmente seguridad y Carabineros-, el esfuerzo de situarse en continuidad con los mandatarios previos, el tono maduro y poco beligerante del discurso, en fin, el equilibrio entre una fuerte vocación por hacerse cargo de los dolores mayoritarios del país y las cuestiones simbólicas para su sector político lo colocan en el espacio de la centroizquierda y el reformismo gradual, lejos de las ínfulas refundacionales que lo caracterizaban.
-El tema del aborto fue el más polémico. ¿Es una medida para conectar con su núcleo duro de apoyo y cambiar un poco la agenda?
-El anuncio de un proyecto de aborto legal es divisorio, sin duda, pero movilizador para el progresismo, mucho más allá del 30% que lo apoya. La mayoría es contraria, pero el apoyo es de más de un tercio de la población y estrechamente mayoritario entre las mujeres, muy mayoritario entre los jóvenes, sector donde ha perdido apoyo.
Macaya: “Cuando decides que tu tema central sea el aborto, tratas de provocar a tu adversario, y renuncias a llegar a acuerdos en los temas que importan”
Además, el anuncio se hizo junto al de actualización del reglamento que rige el aborto terapéutico, que sí tiene un apoyo muy mayoritario. De todas maneras, traslada el foco a un ámbito más favorable para el progresismo y que divide a la derecha, la coloca contra su conservadurismo, disociado de las mayorías ciudadanas.
-Los temas a los que más tiempo destinó el Presidente fueron Seguridad y Economía. ¿Hubo anuncios relevantes en esas materias?
-No sólo les dedicó más tiempo sino que destinó todo el comienzo de su discurso, que es el momento de mayor audiencia. Reivindica lo que hasta ahora era abordado con algo de vergüenza por su coalición original, el hecho de ser el gobierno que más ha avanzado en la preparación del Estado para el combate a la delincuencia y la inseguridad ciudadana.
Está buscando cambiar los criterios de evaluación de su gobierno, para ajustarlos a lo que va a ocurrir. La gente lo evaluará según el éxito que tenga en contener y hacer retroceder a la delincuencia y la medida en que recupere el crecimiento y el empleo. No le gustará a sus partidarios más duros esto, pero el presidente Boric debe buscar el apoyo del pueblo más que el de los suyos.
Lo que más llamó la atención son las señales concretas a Carabineros, porque mientras algunos de los suyos quieren castigarlos, el Presidente Boric los premia.
-Boric dijo que “vencimos la inflación” y “lo más difícil ya pasó”. ¿Es un diagnóstico alejado de la realidad cotidiana de la gente?
-Es cierto que la inflación retrocedió y que el país comienza nuevamente a crecer. El problema es que el impacto en empleo funciona con espoleta retardada, no es inmediato. Pero si se confirma esta tendencia en 2024, podría enfrentar los comicios de 2025 desde una mejor posición. Ocurre lo mismo con la delincuencia, la percepción de la gente cambia mucho más lenta que los datos objetivos
-Otro anuncio polémico fue el de muerte asistida y eutanasia. ¿Hay base política para ello?
-La muerte asistida y la eutanasia tienen apoyo mayoritario en la sociedad y la han tenido en el Congreso, podrían tenerlo. Además, dividen a la derecha. Son los temas donde el gobierno puede conectar más fácilmente con el sentido común mayoritario. Actualizar esos debates le sirve sin duda al gobierno y al progresismo. Por lo demás, el proyecto de eutanasia de Mirosevic fue aprobado con algunos votos de la derecha en la Cámara en la legislatura pasada.
-¿Qué aspectos faltaron o fueron los más débiles del discurso?
-En 2 horas 50 minutos abordó casi todos los temas. Eché en falta, sí, lo que va a hacer el gobierno para revertir la situación actual de incumplimiento de las metas país en la lucha contra el cambio climático: debíamos plantar 200 mil hectáreas de nuevos bosques y manejar una superficie equivalente en 10 años, pero estamos caminando en reversa: las plantaciones forestales han retrocedido significativamente y el manejo silvícola de bosques naturales sigue siendo marginal
El gobierno tendrá que rendir cuenta del cumplimiento de las metas nacionales en esta materia y será vergonzoso para un gobierno que se define como ambientalista
-Al principió rescató el legado de los presidentes de la Ex-Concertación y recordó a Piñera. ¿Ese tono conciliador se perdió después con anuncios como el aborto?
-Como todo presidente, debe hablarle tanto al conjunto del país como a su tribu, para mantener su unidad y movilización. Es lo que hizo inteligentemente en este discurso. Porque el tono general del discurso fue de unidad nacional, de confianza y optimismo, de vocación de diálogo y acuerdos, focalizando la diferencia con la derecha justo en el eje temático donde ésta tiene menos sintonía con las mayorías y se tensiona entre liberales y conservadores.