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Economista Klaus Schmidt Hebbel: "La reforma tributaria hubiese intensificado la desinversión y la salida de capitales de Chile"

Economista Klaus Schmidt Hebbel
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El economista Klaus Schmidt Hebbel hace 14 meses llenó de elogios a Mario Marcel. Hoy se declara decepcionado: “me trago mis palabras”. Sobre la reforma tributaria, rechazada en la Cámara, dice que “hubiese intensificado enormemente la desinversión y la salida de capital en Chile”. En esta entrevista también habla de su apuesta por el sistema parlamentario.

-Fuiste bastante duro con Marcel hace un tiempo. ¿Ha cambiado tu opinión sobre el manejo económico del gobierno?

-No, ni un ápice. Yo diría que probablemente la reforma tributaria sea el peor proyecto que se haya presentado en la historia de los países de la OECD, México y Turquía, incluidos. En pensiones, México hizo lo contrario a lo que se está proponiendo ahora en el gobierno. El presidente AMLO, de izquierda, subió la tasa de contribución obligatoria de 6% al 12% a las afp mexicanas, las Afores en México. Porque se convenció de que los privados manejan esto mejor que el Estado. .

-¿Qué aspectos eran los más cuestionables?

-Todo en la reforma tributaria era gravísimo. Salvo un punto: cambiar el régimen de  renta presunta a renta efectiva. Entonces, que se eliminaran esas excepciones que hay todavía para transportistas, pequeños agricultores o pequeños mineros y que se los obligue a declarar ahora por renta efectiva, no presunta, me parecía un buen cambio. Lo intentaron gobiernos anteriores sin mucho éxito, pues no contaban con respaldo en el Congreso. Ahora volvieron a fracasar. Eso hubiesen sido un par de cientos de millones de dólares anuales adicionales de impuestos. Pero es lo único que yo rescataría de la reforma tributaria rechazada en la Cámara.  No hay nada más rescatable.

La reforma perseguía a la renta de capital y hubiese intensificado violentamente la desinversión y la salida de capital en Chile. Nadie hubiese invertir en Chile si se aprobaba.

-¿Te decepcionó Marcel?

-Muchísimo. Yo fui de las personas de oposición a este gobierno que más flores le tiró a Marcel el día que fue nombrado por Boric a fines de enero del año 2022. Hace 14 meses atrás, enumeré todos los logros, éxitos profesionales de Marcel. Dije que era la mejor persona de izquierda que podría haber sido nombrada por este presidente, del cual yo soy opositor. Pero este nombramiento lo encuentro brillante, sostuve.

Hoy día me trago esas palabras. Por los hechos, Marcel ha demostrado que no es un socialdemócrata, sino que sigue el programa del Frente Amplio puro y duro.

-Estás en una campaña de apoyo a un sistema parlamentario. En  países como Bélgica no ha estado exento de problemas. En 2010 y 2018 estuvo 500 días sin gobierno. ¿Por qué crees que en Chile sí podría funcionar?

-Por la abrumadora evidencia internacional que muestra sin ninguna duda que los regímenes parlamentarios son superiores, porque están asociados a mayor estabilidad política y a mejores resultados económicos. La ironía en el caso de  Bélgica, es que muestra que incluso sin gobierno el sistema funciona.

-Los chilenos están acostumbrados a la figura presidencial

-Pero tiene costos muy altos. Es un régimen presidencial echas a patadas al presidente después de un impeachment, una acusación constitucional y eso es mucho más crítico. Bélgica tuvo el período de mayor crecimiento en toda la historia en esos 500 días en los cuales no tuvo gobierno.

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-En Alemania también han tenido dificultades.

-El país no colapsa cuando no tiene gobierno por días o meses. Recordemos que la canciller Merkel pasó tres meses en los cuales ella no logró negociar un programa con el Partido Socialdemócrata. Y ahí tampoco fue una crisis  terrible.

-¿Lo ves probable para Chile?

-Están completamente equivocados quienes dicen que en Chile no serviría un sistema parlamentario. Mito número uno: En los libros de historia de Frías Valenzuela, del señor Edwards, se llama equivocadamente el período constitucional 1891- 1895 como parlamentario. Los historiadores son unos ignorantes en leyes y en ciencias políticas. Esos historiadores que nos enseñaban a ti y a mí en el colegio, confunden el régimen parlamentario. Ese período fue un régimen presidencial con vicios mayores: el presidente no alcanzaba a gobernar con un ministro y a la semana siguiente o al mes siguiente, echaban al ministro del Interior, ministro Hacienda, etcétera, etcétera. Es un vicio del presidencialismo, no del parlamentarismo.

-Los parlamentarios están mal evaluados, según las encuestas. ¿Eso es un problema?

-Mito número dos: nuestros parlamentarios son malos, nuestros congresistas son todos unos gallos sacados de un reality show como la Orsini. O Florcita Motuda. Y por tanto, no queremos que nos gobiernen. La gente que enarbola ese argumento muchas veces es de derecha, pero está muy equivocada.

Es cierto, tenemos parlamentarios horribles. Pero a medida que haya un régimen parlamentario, el Parlamento forma una coalición de gobierno. Del Parlamento salen los ministros de Estado, y eso atrae a la gente mejor preparada, de todos los partidos de izquierda, centro y derecha. Y por lo tanto vamos a tener mejores parlamentarios que lo que actualmente tenemos.

-¿Cómo evitas el populismo?

-Los congresistas que tenemos actualmente son populistas (no todos), le hacen la vida imposible a los gobiernos, incluido de la misma coalición de gobierno, porque no son responsables, porque ellos no gobiernan.

El tercer argumento a favor es que por definición el régimen parlamentario no puede tener un gobierno de minoría. Pueden tardar 500 días en formar gobierno. Esa es la virtud del parlamentarismo, no un defecto. Porque si un gobierno lo hace mal, se puede echar fácilmente con un voto de no confianza y se forma una coalición nueva.

-¿Cómo el parlamentarismo fomenta la estabilidad?

-Porque siempre va a representar a la mayoría y por lo tanto va a ser un gobierno cooperativo con el respaldo del Parlamento.  No como pasa en Chile, que elegimos a Bachelet 1 con un congreso de oposición, con Lagos, con un congreso de minorías.

La otra cosa fantástica es que los presidentes malos los echamos y los podemos echar un mes después de ser elegido presidente. Son primeros ministros y si lo hacen mal, chao pecado. En cambio, Bolsonaro, a Trump nunca se les pudo echar. A Boric no se le puede echar. Los golpes de Estado son consustanciales a un régimen presidencial. En un régimen parlamentario es muy raro que haya un golpe de Estado.

-En la Convención el sistema parlamentario no prosperó. ¿Por qué ahora sí?

-Esta es una oportunidad de oro. Ahora tenemos constitucionalistas en la comisión de expertos que son razonables, no son idiotas como los que elegimos mayoritariamente en la Convención anterior. Hubo excepciones, por supuesto. Esta convención va a tener mejores convencionales. Ya partió la comisión de expertos, que redacta una primera versión. Chile tiene una oportunidad de oro para cambiarse a un régimen que va a ser mucho mejor que nuestros presidentes en minoría que ya hemos tenido mayoritariamente en los últimos 30 años de democracia en Chile.

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