1. Héctor Rusthenford Guerrero Flores, 38, nació en 1983 en Maracay, estado de Aragua, en Venezuela. Un fallo de diciembre de 2016 lo identificó como “comerciante”.
2. Su carrera delictual conocida partió con el asesinato de policías en Venezuela. Cerca de la 1pm del 3 de septiembre de 2005, consignó un fallo de octubre 2017, “sin mediar palabras abrió fuego contra una comisión policial que se encontraba de recorrido por el barrio 24 de junio, calle Darío Briceño (…), municipio Francisco Linares Alcántara, Estado Aragua, los cuales minutos antes le dieron la voz de alto”. Uno de los tiros alcanzó al cabo segundo Oswaldo González, quien murió mientras Guerrero, quien entonces tenía 21 años, huía del lugar. En mayo de ese año ya había sido acusado de otro homicidio y en septiembre lo sería de otro más.
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3. En una Venezuela en recesión durante el régimen de Hugo Chávez, Guerrero reemplazó los homicidios por robos de casas. El fallo de 2017 dio cuenta de que, a las 5pm del 19 de enero de 2010, cuando policías del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas investigaban el robo a casas en Aragua, recibieron información creíble de que frente a una botillería se reunirían Guerrero y 2 cómplices para reducir especies sustraídas al norte de Maracay, capital estatal. En un Jeep Cherokee gris vieron a un hombre de veintitantos años y franela blanca, que le pasó un bolso a un segundo, que bajó de un Ford Fiesta amarillo. Los detuvieron. En el jeep iba Héctor Guerrero, quien portaba una pistola Viking MO-446. En el bolso negro llevaba 13 relojes, 270 miligramos de marihuana, algunos insumos médicos, 4 cargadores de pistola y munición sin percutir. También tenía pesetas españolas, francos franceses, libras italianas, pesos chilenos y argentinos, y un billete de un dólar. En la guantera tenía una granada de mano, consignó la resolución.
4. Así llegó a la cárcel de Tocorón, del estado de Aragua, al suroeste de Caracas. Estuvo allí 2 años, y huyó. Un informe de la Presidencia del Circuito Judicial Penal del Estado Aragua de 2014 detalló que la madrugada del 29 de agosto de 2012 Héctor Guerrero Flores, quien ya entonces era apodado Niño Guerrero, se fugó con su medio hermano y su cuñado del centro penitenciario de Aragua Tocorón. Un total de 11 mensajes de textos y nueve llamadas telefónicas realizadas entre el 26 de agosto y el 2 de septiembre de ese año los ubicaron en la ciudad de Acarigua. El documento dice que se fugaron con ayuda del “director del penal de Tocorón; quien recibió dinero en efectivo, según testigos la cantidad de 500.000 bolívares fuertes”. Mencionaron que el alcaide portaba un teléfono a nombre de un tercero, que recibió 2 llamadas, ambas el 2 de septiembre, desde el celular que llevaba Guerrero al escapar.
5. El 18 de mayo de 2013 —casi 9 meses más tarde—, la policía detuvo a un Chevrolet Aveo azul, que merodeaba por las inmediaciones de la Urbanización Nueva Segovia de la ciudad de Barquisimeto, con la patente cambiada. Adentro había 4 hombres. Ninguno de sus nombres apareció en el sistema. En el piso del auto, del lado del conductor, había una pistola Glock 9 milímetros, con 9 balas sin percutir. Sólo la revisión de sus huellas dactilares permitió establecer que uno era Héctor Guerrero, quien viajaba con una identificación falsa.
6. En el juicio oral realizado en Aragua en diciembre de 2016, Guerrero reconoció los cargos que se le formulaban para optar a los beneficios de un procedimiento abreviado. “Admito los hechos que el Ministerio Público explano (Sic) y solicito la imposición de la pena correspondiente. Es todo”, dijo, consta en la transcripción. Fue condenado a 17 años y 2 meses de cárcel por 12 delitos, incluyendo homicidio, fuga de detenidos, falsificación de documentos, ocultamiento de arma de guerra, usurpación de identidad y aprovechamiento de vehículo proveniente de robo. En junio de 2018 fue absuelto de los delitos de secuestro agravado y asociación para delinquir.
7. La prensa venezolana de la época entregó 2 antecedentes adicionales sobre su fuga y captura: que uno de sus motivos para escapar era viajar con DJ Rosita, con quien habría mantenido una relación amorosa. Que ya entonces era considerado “pran” o líder entre los reos de la cárcel. El homicidio en ese penal de otro “pran”, Wilmer José Brizuela Vera, alias “Wilmito”, en abril 2017, habría consolidado su poder.
8. Héctor Guerrero no fundó el Tren de Aragua, pero lo hizo crecer. Lo habrían fundado hacía 2013 José Álvarez Rojas, alias “el Chino Pradera”, quien murió en un tiroteo con la policía en 2016, y Johan José Romero, alias “Johan Petrica”, quien operaría desde las minas del estado Bolívar. Un informe del capítulo venezolano de Transparencia Internacional dijo que tienen más de 4 mil hombres y presencia internacional en al menos 7 países: Colombia, Brasil, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Costa Rica.
9. Su modelo de crecimiento se basaría en el gran centro de operaciones que mantienen en la cárcel. Esto habría sido posible ya que la administración de estos fue cedida, en la práctica, por el gobierno de Hugo Chávez, hacia 2011. “(El exgobernador de Aragua y actual ministro del Petróleo de Nicolás Maduro) Tareck El Aissami fue quien le dio reconocimiento a la figura del pran”, dijo el abogado Humberto Prado, director de la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones al sitio Insight Crime. En 2019 el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (de siglas ICE, en inglés) incluyó al ministro en su lista de los más buscados por cargos de tráfico de drogas y lavado de dinero.
10. “El Tren de Aragua trabaja con varias bandas en las calles y cada una domina su territorio. Las organizaciones delictivas cuentan con un líder o pran que le responde al alias ‘Niño Guerrero’. En las regiones existe un representante del Tren de Aragua que lleva la batuta, pero todos saben que su líder principal es el pran de Tocorón”, consignó Transparencia Venezuela. “Fuera de la prisión, la banda tiene personas que trabajan como informantes. Además, cuenta con aliados que presuntamente cobran extorsiones (…). El Tren de Aragua tiene personas en los pasos fronterizos para cuidar cargamentos de droga, oro, armas y chatarra. Su función es actuar en masa como custodia de la mercancía, infundir terror por las zonas en las que se realiza la acción delictiva para que nadie se acerque y, en ciertos casos, liberar el camino de obstáculos”.
11. El crecimiento de la organización aumentó el lujo con que se vivía en la cárcel, habitada por más de 6 mil personas. Un reportaje de agosto de 2015 del sitio Runrunes calificó la “Disco Tokio” del penal de Tocorón como “una de las mejores discotecas del país”. Mostró fotos de los neones azules y rosas de su entrada. También aseguró que la cárcel contaba con un centro para apuestas hípicas, el restaurant “El sazón del hampa”, un gimnasio, piscina, tiendas de ropa, cacha de futbolito y básquetbol, y hasta un zoológico con 2 ponis. Los familiares de los presos debían pagar “una causa” a los líderes de la cárcel por el derecho a estar allí, para lo cual había un kiosco con números bancarios anotados para hacer las transferencias. En ese mismo lugar se realizaban préstamos con intereses de entre el 10% y 20% a los internos. La casa de Guerrero, de 2 pisos y una terraza, destacaba en medio de la ciudadela.
12. El sitio Armando.info aseguró que en diciembre de 2015 Héctor Guerrero se presentó ante la comunidad afuera del penal. “Se había instalado una tarima con equipos de sonido e iluminación y una docena de centinelas se movía con sagacidad entre el montón de gente del sector El Viñedo I de San Vicente, al suroeste de Maracay, en el estado Aragua, para asegurarse del orden. Héctor Guerrero Flores, apodado el Niño Guerrero, estaba acompañado de la actriz y DJ Jimena Araya, conocida como Rosita, y había tomado el micrófono para dirigirse al público. Sus promesas eran las mismas de un candidato político: rescatar a los jóvenes de las drogas, embellecer el barrio, conseguir la paz y no aceptar a los ‘azules’, policías. Pero su vestimenta hacía que se le confundiera con un reggaetonero: pantalones y franelas unas tallas más grandes, collares gruesos y metálicos, tenis y una gorra deportiva”. En ese barrio, de más de 28 mil habitantes, impondría toques de queda por la muerte de comandantes de su organización, dijeron este sitio y otros medios locales.
13. Su expansión a Chile se explicaría en parte por la falta de control de antecedentes de los ciudadanos venezolanos que han emigrado de su país en los años recientes e ingresado en forma irregular. Esto habría facilitado que, junto con los ciudadanos que llegaron huyendo del régimen de Nicolás Maduro lo hayan hecho miembros del cartel, detrás. A la desarticulación de uno de los brazos del Tren de Aragua en Arica se sumó en marzo la detención de uno de los sicarios de alto rango en la organización. Se trataba de Hernán David Landaeta Garlotti alias “Satanás”, quien —siguiendo los pasos de “Niño Guerrero— a los 18 años ya tenía causas en su país por matar policías. En Chile fue aprehendido por su presunta responsabilidad en el asesinato del también venezolano Yohair Gutiérrez, en Alto Hospicio.