Carlo Siri, dueño de ex Fuente Alemana: "La violencia en Plaza Italia sigue igual e incluso peor"
-¿Cómo fue la reunión con el ministro de Economía, Nicolás Grau?
-El objetivo era tener el primer acercamiento con las nuevas autoridades y con todos los presidentes de los gremios de la Zona Cero. Aquí hay seis barrios: Bustamante, Plaza Italia, Bellavista, Lastarria, la galería de los músicos o Crowne Plaza y Bellas Artes. Él quería conocer la realidad de cada uno y ver cómo estamos hoy día con el objetivo de buscar qué ayudas puede el Gobierno entregar para tratar de levantar estos barrios.
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-¿Cuál fue el diagnóstico?
-Nuestro diagnóstico fue claro: más que la pandemia, en realidad lo más duro ha sido el vandalismo que empezó el 18 de octubre de 2019. Mira, todos estos gremios fundamos la Federación Nuestro Centro, a nombre de la cual le dijimos al ministro que el punto central es la seguridad ciudadana. Si no se cumple la seguridad, no hay nada más que hablar. Le transmitimos que con el gobierno anterior pasó lo siguiente: los pocos recursos que le pasaron al barrio, gracias al ministro Lucas Palacios, se diluyeron. Lo que se invirtió acá se perdió todo por la violencia.
-¿Qué impresión te dejó Grau, entendió el problema?
-Me pareció bien, él nos escuchó, creo que le llegó al corazón la información que le entregamos. Estaba la alcaldesa, que sabe las cosas, a pesar de que no ha visitado tanto como quisiéramos Plaza Italia ni los sectores más cercanos a Baquedano.
-¿Cómo evalúas la gestión de la alcaldesa?
-Ella es militante del PC. Cuando uno habla con ella, uno ve que tiene re buenas intenciones, buenas ideas, potenciar mucho el tema cultural. Pero en estricto rigor hasta el minuto no ha hecho nada. Siempre hemos estado dispuestos a conversar con ella, no sé si tendrá muchos problemas en la alcaldía o estará muy complicada con todo lo que significa, porque no es una comuna fácil y eso lo entendemos.
-¿Saliste esperanzado de la reunión?
-En el fondo se habló de planes para poder recuperar tanto el mobiliario público, como los locales y sus fachadas, recuperar la limpieza de la zona, y un plan de acción rápido en términos de seguridad y también se habló de incentivos económicos. Pero no se detallaron los mecanismos ni montos ni nada por el estilo, para poder levantar este barrio. Eso en concreto fue lo que pasó, no hay nada más que eso.
-¿Crees que falta mucho para solucionar el tema?
-Para mí siempre va a ser lejana una solución si siguen los disturbios. Siempre va a ser lejana, porque si en el barrio no tienes paz y tranquilidad no hay clientes. Además que los residentes se están yendo y llegan residentes a lo mejor de menor poder adquisitivo, no estoy hablando en términos clasistas. ¿Qué empieza a pasar? Todos los restaurantes que somos buenos operadores se van a empezar a ir. No te va a llegar un operador que sea mejor que nosotros. Por defecto pasa eso, aunque sea duro decirlo.
-¿Crees que el gobierno actual representa un cambio respecto al anterior en la posibilidad de recuperar el centro?
-Veo las intenciones, las ganas, pero al final es la realidad la que manda. Hay que darles una oportunidad porque recién están tomando este problema, que es muy complejo de resolver. Si me preguntas, diría que tienen que ser más drásticos en temas económicos y de seguridad, porque no basta con navegar con medias tintas.
-¿Te dio confianza el ministro?
-Sí, me dio confianza en el sentido de que por lo menos yo lo vi que tiene las ganas. No me sentí delante de un pillo. La experiencia con el gobierno anterior no ha sido fácil. Hoy no puedo decir que esto va como avión, pero tengo esperanzas.
-El problema de la seguridad, ¿sigue todos los viernes?
-Totalmente. En este momento (viernes a las 5 de la tarde) hay disturbios en el centro. Hay marchas estudiantiles que están convocadas para terminar aquí frente a nuestro local a las seis de la tarde.
-¿Ha habido un descenso de la violencia o sigue igual?
-Sigue igual e incluso ha sido peor. Lo poco y nada que uno puede entender de las razones por las cuales los muchachos vienen aquí todos los días viernes a protestar y destruir, es que ellos quieren que indulten totalmente y que salgan libres de polvo y paja todos los que cayeron presos en el estallido social. Ese es el tema.
-¿Qué te parecieron las disculpas a nombre del Estado que pidió Grau?
-Por ahora no creo. El ministro nos pidió disculpas a nombre del Estado, porque nosotros le dijimos que el Estado no ha hecho realmente nada por nosotros. Cuando escuchó toda nuestra experiencia, le quedó claro y pidió una disculpa de parte del Estado. Pero él piensa eso como ministro de Economía, a pesar de lo que están haciendo el ministro de Justicia y el resto del gobierno, que están tratando de indultar a los presos del estallido social. No estoy de acuerdo con los indultos.
-Lo que se anunció fue el retiro de las querellas por ley de seguridad del estado.
-Tampoco estoy de acuerdo. Acá hay gente que ha perdido sus expectativas de vida y de calidad futura por el vandalismo. Por ejemplo todos mis trabajadores. Han perdido todas sus oportunidades económicas, y para qué hablar de la gente que vive aquí. A los dueños de departamentos y los residentes las propiedades les han bajado un 40 por ciento. Tampoco se pueden ir. Todos en el barrio estamos con sicólogo o siquiatra.
-¿Cuánto has perdido?
-Mira, yo creo que sumando todas las cosas por lo menos 600 millones de pesos. Solamente por el estallido social, sacando el tema pandemia de lado.
-¿Han recrudecidos las protestas en las últimas semanas?
-Han empezado a ponerse más potentes. Y sobre todo para nosotros, porque estos gallos vienen como dirigidos a nuestro local. Todos los viernes he tenido eventos en el local. Han sido 4 viernes, este sería el quinto, y yo he terminado poniendo denuncias en carabineros. Con todas las pruebas.
-Una vez sacaste un rifle y disparaste contra manifestantes. ¿Te arrepientes?
-Fue un rifle a postones. Jamás me voy a arrepentir, porque si yo dejo que ellos sigan, entran al local, me lo destruyen y a los tres que estábamos aquí cuidando el local, nos habrían sacado la cresta. Porque éramos tres contra veinte. Ese fue el momento más duro que he vivido: cuando tuve que salir a ponerme frente al local y no dejar que entrara nadie. El día en que me tiraron los extintores y yo respondí con un rifle.
-¿Se ha calmado el barrio?
-Después del estallido social, había una violencia que parecía una película sobre el fin del mundo. Y ahora todos los viernes son complicados, porque empieza el día y uno ya sabe que puede pasar cualquier cosa. Hoy día tengo todo el local lleno de cámaras filmando afuera, porque eso los asusta más que una pistola. La cosa se pone pesada desde las seis de la tarde. Empieza el cuento, le tiran piedras a las micros. Y así sucesivamente. Ayer trataron de incendiar un bus aquí mismo.
-¿Cómo está la vida del sector?
-El barrio está muy decaído; en la semana no hay problema, pero basta que haya un día malo, como ha sucedido los últimos cuatro viernes, y la gente ya no vuelve. Antes muchas personas caminaban por el barrio, los residentes y los trabajadores, pero se ha perdido el 60% de los empleos que se daban en la zona, eran unos 10 mil trabajos.
Nosotros somos propietarios del local, no es algo que puedas dejar y botar, pero uno tiene que tener un plan B y llegamos al punto en que tenemos que buscar otro domicilio donde podamos trabajar tranquilos. Si este local sigue en esta dinámica nunca vamos a levantar cabeza. Si tenemos que abandonarlo, cerraremos.
-¿Crees que responder con violencia a la violencia es adecuado?
-Te hago la pregunta al revés: ¿si ves que te van a sacar la cresta qué haces? Tienes que cuidar lo que es tuyo. Las ventas bajaron un 80 % con el estallido, incluso 90 %. Ahora estamos a un 60% con márgenes mucho más bajos. Las ventas son unos 60 millones al mes. Para muchos locales es plata, pero tengo 30 personas.
Si está jodida la cosa, los viernes les decimos a todos los empleados que se vayan y nos quedamos mi hermano, mi primo y yo para cuidar el lugar. Nunca los vamos a poner en riesgo.
-¿La fiscalía inició una investigación cuando disparaste tu rifle?
– No me han llamado para declarar nada. Ellos se quedaron con todas mis herramientas de defensa, que eran el rifle a postones y una pistola de aire comprimido, la fiscalía los solicitó. Está haciendo una investigación. Ahora lo único que tengo son mis palos.