Después de meses de espera, la segunda parte de la saga de ciencia ficción "Dune" llega la semana que viene a las pantallas, con la megaestrella Timothee Chalamet a lomos de un gusano gigante del desierto.
"Dune: Parte Dos" es la secuela de uno de los grandes éxitos cinematográficos de 2021, y haciendo gala a su reputación de saga "problemática", su estreno tuvo que ser aplazado varias veces, inicialmente a causa del covid y luego por estrategia comercial.
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En este nuevo capítulo el director canadiense Denis Villeneuve vuelve a utilizar al elenco que le reportó éxito de taquilla y crítica, con Chalamet, Zendaya, el español Javier Bardem, Rebecca Ferguson y Josh Brolin, a los que se añaden Lea Seydoux y Austin Butler ("Elvis)".
Timothee Chamalet interpreta al príncipe Paul Atreides, que tras huir de una masacre junto a su madre se une a una banda de fugitivos en el árido planeta Dune, donde la única arma que parece capaz de derrotar al sanguinario Imperio son unos gigantescos gusanos que viven en la arena.
Pero Atreides, que poco a poco se transforma en el mesías de los habitantes originarios del planeta, debe al mismo tiempo luchar contra sus propios demonios.
"Paul se transforma en su fuero interno en un líder" explicó Chalamet, de 28 años, a los periodistas durante su reciente paso por París.
"Lo más importante para un hombre de poder es lo que guarda en su interior", reflexionó el joven actor.
Desde su publicación en forma de serie de ciencia ficción por el escritor estadounidense Frank Herbert, en los años 1960, "Dune" tenía una aureola de libro maldito para el mundo del cine, con adaptaciones fallidas (Alejandro Jodorowsky) o fracaso de taquilla (David Lynch en 1984).
Este nuevo capítulo fue rodado en los Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Hungría e Italia.
Zendaya ("Spider-Man", "Euphoria") interpreta a su compañera del desierto Chani, que debe competir con el creciente compromiso de su enamorado por la batalla para liberar a su pueblo.
Villeneuve "le dio (al personaje) un fuerte carácter", explicó la actriz y modelo a la prensa.
"Le dio algo en lo que creer, algo que es diferente de lo que creen los que la rodean", añadió.
"Eso me permitió experimentar constantemente complicados sentimientos internos".
Destaca también Austin Butler, en un rol siniestro, el villano Feyd-Rautha (que el cantante Sting interpretó en la adaptación de David Lynch), mientras que Rebecca Ferguson vuelve a subyugar al espectador con el papel de madre del príncipe-héroe, y al mismo tiempo, adepta de una misteriosa orden de monjas místicas con poderes especiales, las Bene Gesserit.
Para ponerse a tono con el personaje, Austin Butler contó a la prensa que practicó con un amigo de las fuerzas especiales estadounidenses, los Navy Seals.
El rodaje fue difícil, pero las escenas y efectos especiales prometen deslumbrar como en la primera parte.
"Debo ser masoquista, siempre escojo películas emocional o físicamente difíciles, como 'Everest', en la que teníamos tanto frío que no podíamos dormir, o 'Dune', que rodamos a 45º C con la boca llena de arena", reconoció Josh Brolin en entrevista con la AFP.