Un grupo de estudiantes inventó una máquina que permite tatuarse sin la necesidad de que otra persona realice los dibujos.
¿Tatuajes automatizados? Esa es la idea que un grupo de estudiantes desarrolló mediante un taller en la Escuela de Diseño francesa ENSCI Les Ateliers.
El proyecto se inició cuando los jóvenes hackearon una impresora 3D, le colocaron una aguja y la habilitaron para dibujar en la piel -primero fue probada en piel sintética-.
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Sin embargo, no todo salió perfecto al comienzo, y los estudiantes debieron implantar sensores hápticos -como los utilizados por consolas de videojuegos- para que la aguja no dañara la piel.
Esta máquina parece ser el futuro de los tatuajes, pero también ha generado polémica pues restaría de la ecuación a una importante pieza: el artista tatuador.
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