El ambicioso plan de Jay Z para comprar el rival de Spotify
El rapero y empresario estadounidense Jay Z quiere penetrar en el mundo de la música más alla de llevar al tope de las listas sus canciones o las de su pareja Beyoncé. Es así como está decidido a comprar la plataforma de música online noruega Wimp, parte del grupo sueco Aspiro.
Para eso, el artista -número tres en la lista de los hip hoperos de Forbes- propone una oferta de 56,1 millones de dólares, algo así como 35 mil millones de pesos chilenos por la compañía que opera en mercados como Dinamarca, Noruega, Polonia, Alemania y Suecia.
Schibsted considera que la compañía (Wimp) tiene un importante potencial de crecimiento
La firma de Aspiro -que a su vez pertenece al grupo mediático noruego Schibsted- ofrece un servicio básico de música (Wimp) integrado con vídeo y contenido editorial; y otro de alta calidad de sonido por 20 dólares al mes (TIDAL), el doble de lo que cobra Spotify por su repertorio digital, según sentencia El Mundo.
“Schibsted considera que la compañía (Wimp) tiene un importante potencial de crecimiento, pero Aspiro necesita una gran cantidad de capital para su expansión, y un propietario sólido y motivado, para desarrollarse y competir en el mercado global del streaming musical”, aseguró el director financiero del grupo noruego, Trond Berger, según señala El País.com.
Los crecientes desarrollos en el mundo del entretenimiento ofrecen una oportunidad para los artistas para promover más su música
Por su parte, el esposo de Beyoncé, quien también es propietario de Proyect Panther Bidco -compañía que posee la marca Rocawear y una cadena de bares deportivos-, cree que los crecientes desarrollos en la industria de entretenimiento, con la migración a la música al servicio streaming, ofrecen "un gran potencial para aumentar el consumo en entretenimiento y una oportunidad para los artistas para promover más su música", según manifestó en un comunicado de prensa publicado en El País.
La oferta fue presentada hace unos días y aceptada por la firma sueca, aunque todavía falta el visto bueno de las partes implicadas.