La dura preparación del actor Álvaro Gómez para convertirse en Don Quijote
Álvaro Gómez se encuentra preparando uno de los papeles más difíciles de su carrera por estos días. Ensaya de nueve a cinco de la tarde —pese a tener una lesión que lo tiene con kinesioterapia diaria—, está en clases intensivas de canto, duerme poco y no tendrá vacaciones hasta marzo. Esto, ya que el 26 de ese mes se estrena el musical El Hombre de la Mancha en el Teatro Municipal de Las Condes, obra en la que encarnará a Don Quijote y a Miguel de Cervantes al mismo tiempo.
El Quijote es un personaje que está al borde de la esquizofrenia, con toda su bondad y visión positiva del mundo.
“Me estoy volviendo un poco loco. Pero lo que no es malo porque el Quijote es un personaje que está al borde de la esquizofrenia, con toda su bondad y visión positiva del mundo”, comenta el actor en entrevista con t13.cl. Luego, al hablar sobre la fecha de estreno no oculta la ansiedad. “Empiezo con el cosquilleo en la guata, me tiritan las muelas. Estoy nervioso. Es más, a la Fran (su esposa) le comentaba que me cuesta dormir. Es como si me estuviera volviendo medio loco porque me quedo dormido con las melodías de las canciones en la cabeza”, añade.
La presión al realizar estos dos papeles es entendible. Se trata de dos personajes históricos de un clásico de la literatura que este 2015 viven un año clave, ya que se cumplen 400 años desde que se publicó la segunda parte de El Quijote con el título de ‘El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha’.
Además, la obra dirigida por el español Jesús Codina se lanza en el marco de la celebración del 50º aniversario desde su estreno en Broadway, por lo que el montaje será a lo grande. Habrá 30 funciones, una orquesta de 20 músicos y un elenco de 20 personas a cuestas. La diferencia con años anteriores, es que tendrá matices modernos y lúdicos en una escenografía que presentará una doble estética, donde los elementos audiovisuales reflejarán la imaginación del Quijote en un atractivo contraste con el mundo real.
La transformación de Cervantes a Quijote en escena
Gómez llegó al papel cuando el elenco ya estaba armado. Dice que el director no lograba dar con el Quijote/Cervantes perfecto ya que el escogido no sólo debía actuar bien, sino también cantar bien y estar en perfecto estado físico para dar el ancho en la parte cinética. Eso, sumado a una gran capacidad de memoria para retener la enormidad de textos, ya que el personaje estará todo el tiempo en escena, ya sea en monólogos o interactuando con el resto del elenco. Aquí, Romina Valdivia será Aldonza/Dulcinea y Daniel Farías Sirviente/Sancho Panza.
Lucho con mi cabeza para meterme los textos como a la fuerza
“En la audición me dijeron que cantaba afinado pero que me faltaban un montón de cosas para tener el personaje. Yo había dicho ‘bueno muchas gracias’. Me volvieron a llamar y me sometieron a dos días de ensayos con el director musical, quien me hizo estar cantando y cantando hasta que me dijo ‘tienes el potencial’. Ha sido un trabajo súper exigente, en relación a la representación, caracterización y forma de abordar. Lucho con mi cabeza para meterme los textos como a la fuerza”, cuenta.
La mayor complejidad se da al tener que encarnar a dos personajes muy distintos entre sí, que convergen en una misma persona. Cervantes quien cuenta la historia de El Quijote a través de una representación; y el Quijote, que es el personaje dentro de esa representación.
“Cervantes es más coloquial y El Quijote apela a español antiguo. Cervantes es más jovial, El Quijote más entrado en años. Entonces lo bonito es que la transformación de Cervantes a Quijote se produce en escena. He tenido que hacer la diferencia entre ellos, y al mismo tiempo, cantar afinado, lo que es el mayor desafío”, cuenta. Para eso, está en clases de canto y musicalización con dos personas distintas, ya que la idea es llegar al 26 de marzo a la altura de los cantantes líricos en lo que significa la musicalidad de la obra.
En la audición me dijeron que cantaba afinado pero que me faltaban un montón de cosas para tener el personaje
¿Cómo se interesó en el proyecto alguien que siempre ha estado ligado al mundo de las teleseries? (Vivir con 10, Las Vegas)? Dice que fue “una necesidad actoral”, ya que hace más de cuatro años que no hacía teatro, exceptuando un par de trabajos en los que ejerció como director.
“Me distancié por meterme de cabeza en el mundo de la televisión. Estuve muchos años seguidos haciendo teleseries consecutivas pasando por todos los canales".
"Mi idea es vincularme con lo que estudié, sentir la experiencia del público en vivo. Hacer las 30 funciones, donde cada una será distinta a la otra”, concluye.