Hoy en día, cuando hablamos de que alguien se quiere de dedicar a emprender, no parece algo tan extraño. De hecho, según el estudio “Emprendimiento en Tiempos de Pandemia”, un 46% de los chilenos inició un negocio durante la crisis del COVID-19. Esto habla de una nueva realidad y contexto económico, que claramente era muy diferente a lo que se vivía, por ejemplo, en las décadas de los 80 o 90.
Por eso, es tan destacable cuando encontramos historias como las de Recrearte, una empresa familiar de juegos de madera que comenzó en 1984 como un emprendimiento y que fue cambiando la vida de toda una familia.
La historia empieza así: Carlos Escobar, de hoy 74 años, trabajaba como arquitecto en la zona central de Chile, específicamente en Requínoa, donde se desempeñaba como jefe de obras. De hecho, fue el primer director de obras de la municipalidad. Y si bien era feliz desarrollando su carrera, al igual que muchos hoy en día, tenía pretensiones más altas: quería ser dueño de su tiempo y de sus horarios.
"Él era feliz como arquitecto, pero siempre quiso tener su propio negocio. Desde muy chico aprendió a trabajar la madera y confiado en sus conocimientos quiso enfocar su vida en eso y emprender, algo muy innovador para la época", contó Gabriela Escobar, una de sus hijas, a T13.cl.
Carlos se arriesgó y con el apoyo de su familia, incluyendo su esposa y cinco hijos, abrió Recrearte, donde empezó a fabricar y vender diferentes juegos de madera nativa. Para las fiestas de septiembre, por ejemplo, creaba juegos típicos como el emboque, el trompo, el tiro con argolla, entre otros.
"Para mí siempre fue crecer en base a este negocio, y nosotros como familia siempre fuimos felices apoyando. Era normal por ejemplo ayudar con el empaquetado de regalos corporativos cuando era chica, o antes de salir con mis amigos aprovechar de envolver paquetes o que uno de nosotros atendiera el local... creo que Recrearte siempre estuvo presente", dijo Gabriela.
Con los años, el negocio se fue modernizando y los hijos, cada vez más grandes, fueron teniendo más participación en él. Por ejemplo, hoy Gabriela lleva el marketing digital de la marca, acercando el negocio a nuevos clientes que los buscan por las nuevas plataformas, y no solo en el clásico taller que hasta hoy en día mantienen en Las Condes. Sus hermanos también han hecho aportes desde sus diferentes carreras o talentos, y también tanto Carlos como su esposa han sabido adaptarse a los cambios de la tecnología.
Actualmente, Recrearte vende para todo Chile a través de su sitio web recrearte.cl, y no solamente juegos de madera, sino que también nuevos productos de madera como tablas giratorias, tablas de pan, galvanos y letreros. Además, con las maquinarias que han ido agregando al proceso productivo con los años, también realizan trabajos para otras marcas que lo necesiten.
"Hoy mi papá tiene 74 años y sigue trabajando todos los días de la semana hasta altas horas como siempre. Ve los detalles con lupa. El nivel de responsabilidad que nos transmite es súper fuerte y nos da mucho orgullo, porque gracias a eso nos ha podido dar todo, hasta una educación profesional. Él por supuesto que está orgulloso también de que el negocio haya mantenido a la familia unida, que un sueño propio se haya convertido en algo común para todos nosotros. Los hijos vemos a Recrearte como un hermano más, y lo queremos cuidar a futuro para que siga creciendo", finalizó Gabriela.