La industria textil es una de las más contaminantes en el mundo. La aparición del concepto de "fast fashion", el consumo de agua, la producción de aguas residuales y las emisiones globales de carbono, son parte de sus impactos negativos en el medioambiente.
Sin embargo, existen emprendedoras que han buscado a través de sus negocios tratar de mitigar esta situación, reutilizando y evitando que miles de telas o géneros vayan directamente a la basura.
PAGANA
Isidora Azolas de 26 años y Sofía Lillo de 25, son dos ingenieras comerciales que buscaban generar un negocio con triple impacto (social, económico y medioambiental).
"Antes éramos estudiantes y la razón de decidir hacer algo diferente, fuera de lo tradicional, y hacer un negocio con impacto, es porque hoy las luchas sociales te lo piden, no nos podíamos permitir dejar de lado la desigualdad que existe en Chile y el mundo. Nos daba rabia que nosotras tuviéramos las oportunidades de poder estudiar y tener las herramientas para trabajar y otras personas iguales a nosotras no puedan tenerlas por nacer en realidades distintas. Queríamos hacer algo con triple impacto y que saliera de lo tradicional", comentó Sofía.
Debido a lo anterior, en el 2019 comenzaron a desarrollar la idea debido a su proyecto de título dentro del Magíster de Innovación y Emprendimiento de la Universidad Adolfo Ibáñez. Además, Sofía estuvo varios años como voluntaria en TECHO Chile, por lo que conoció de cerca la realidad de los varios campamentos de nuestro país. Y comenta que siempre le llamó la atención "el rol de la mujer y la falta de oportunidades para acceder a un trabajo estable y digno, que se complementará con el rol de madre y jefa de hogar", por lo que decidieron en conjunto tratar de combatir esa realidad.
Además, detectaron el alto nivel de contaminación que genera la industria de la moda y los bajos porcentajes de reutilización que existen de la ropa en desuso para la creación de prendas nuevas. Dos escenarios que transformaron en una oportunidad.
Luego de presentar su tesis en marzo de 2020, y tras el inicio de la pandemia, pudieron instalar un taller en noviembre del mismo año, en el Campamento Latinoamericano, en la comuna de Maipú.
En este emprendimiento reutilizan jeans en desuso para crear nuevas prendas de vestir, integrando en el proceso de confección a mujeres que viven en entornos socioeconómicos vulnerables: "Así es como ofrecemos nuestra propuesta de una moda justa, auténtica y responsable; lo justo, desde el respeto tanto con las personas implicadas en la producción como con el medioambiente; lo auténtico, ya que diseñamos sin estereotipos ni reglas para lograr una moda inclusiva; y por último lo responsable, ya que reutilizamos para transformar la cultura de usar y desechar", explicó Lillo.
Toda las confecciones las realizan en el taller, por lo que ofrecen a las vecinas de la comunidad una oportunidad de trabajo "flexible y justo", que se complementa con su rol de madre y jefa de hogar.
En Pagana, trabajan con una técnica denominada "upcycling o supra-reciclaje", donde se reutilizan materiales descartados y se les agrega valor, transformándolos en un producto diferente. Además, uno de sus objetivos es reutilizar al máximo el material que reciben, desde los cierres de pantalones, bolsillos traseros y otros elementos adicionales.
Sofía agregó que para aumentar las ventas ha sido clave la transparencia: "Está es fundamental en la medida que la información esté al alcance de los consumidores, entonces se pueden tomar mejores decisiones. Hoy en día los consumidores se comportan también como activistas, y son ellos quienes empujan a las marcas para hacer las cosas bien".
Junto con lo anterior, la ingeniera comercial detalló de qué manera impulsan el lado humano en la venta de sus productos: "La trazabilidad y el comercio justo son pilares fundamentales para nosotras. Nuestros productos vienen con una etiqueta que incluye el nombre de la persona que lo confeccionó junto con un código QR que al escanearlo te muestra la historia de esa persona y el equipo detrás. Esa es nuestra manera de transparentar el pilar humano que tenemos como marca y que nos ha ayudado para que los consumidores nos prefieran a la hora de comprar".
Como ejemplo, también informaron algunas de las positivas cifras que generan con su negocio por producto fabricado; como el ahorro de 7.500 litros de agua, o evitando que cuatro jeans lleguen a los vertederos.
Entre sus productos destacados están diferentes pantalones de su nueva colección; Brava, un modelo de mom jeans; Lolita, estilo culotte; y Épica, un modelo wide leg. Todos a $40.000, y ofrecen un 15% de descuento hasta el 24 de diciembre para los seguidores de la comunidad de Emprendedores Work/Café, ingresando el código "NAVIDADWORKCAFE" en la pantalla de pago.
Estas emprendedoras sueñan con seguir produciendo un mayor impacto social, ampliando su línea de productos y reutilizando más prendas. Si quieres apoyarlas comprando o mirando alguno de sus productos, ingresa a su Instagram @paganacl o a su sitio web www.pagana.cl.
BAÚL DE PEPA
Macarena Soledad Osses Guzmán, es una emprendedora de Concepción, que estudió Químico Ambiental y debido a la pandemia e impulsada por su pasión de confeccionar ropa, decidió cambiar su rubro y emprender.
Baúl de Pepa nació en el 2013, cuando Macarena comenzó a revender distintas prendas de ropa para costear sus estudios y apoyar los costos de vivir sola junto a su abuela. Sin embargo, la marca dio un giro en enero de 2021, cuando tras hacer un curso de corte y confección por internet, empezó a fabricar ella diferentes prendas.
Esta tienda de vestuario femenino utiliza retazos importados de telas, que otras industrias desechan, evitando que se transformen en desechos. Creando poleras, vestidos, bikinis, faldas, pantalones, chaquetas y otros. Pero también ocupan el excedente de tela para confeccionar colets, que utiliza como valor agregado en las entregas, regalándoselas a las clientas.
La emprendedora ha buscado seguir aprendiendo desde que partió: "Me he interiorizado haciendo cursos de marketing, manejo de redes sociales, perfeccionamiento de confección y el constante conocimiento que he adquirido siendo autodidacta. Planteándome metas, haciendo diseños nuevos y buscando telas de alto estándar para dar confianza y calidad a mis clientas. Ser genuina en redes sociales, mostrar cómo se realizan las confecciones de los productos me ha otorgado una gran cantidad de fidelidad", explicó Osses.
Para la temporada primavera - verano, la joven destaca el trikini Amanda, de $26.990; el bañador Noelia, de $26.990; el bikini Melodie, de $22.990 y la polera Alicia de $13.500. Productos a los que se les podrá aplicar un 10% de descuento por la primera compra a través de la página web y que tienen disponibilidad de envío para todo Chile.
Para Macarena es fundamental el impacto que generan sus prendas: "Entregar productos de calidad, marcar tendencia a nivel nacional e internacional con mis diseños de autora y sobre todo fomentar el amor propio y empoderamiento en mis clientas, al sentirse cómodas con mis confecciones, incluso muchas han vuelto a usar ciertas prendas o cortes y eso es maravilloso".
Además, Osses sueña con tener su propia tienda con un taller en la parte posterior, para poder mostrar inmediatamente en vitrina sus nuevas confecciones.
Si quieres comprar o mirar alguna de sus creaciones, visita su Instagram @bauldepepa.cl o su página web www.bauldepepa.cl.