Emili Merino, dueña y apicultora de Emielita, es la soñadora de Santa Bárbara que se atrevió a desarrollar un producto en base a cera de abeja que permitiera conservar mejor los alimentos.
Se trata de un envoltorio creado de este material, que sirve para preservar la comida natural y refrigerada de manera óptima, sin que pierda sus propiedades y manteniéndola fresca por más tiempo.
“Donde vivo es una zona que posee las mejores condiciones para tener abejas, así que comencé a investigar sobre las telas con cera porque me llamaba la atención todas las propiedades que tenía, tomé un curso para aprender el proceso y ahí comenzó mi aventura”, explica Merino.
Estos envoltorios ecológicos consisten en trozos de tela de algodón recubiertos con cera con aceite de coco y resina. Es tan simple como eso. Es un producto respetuoso con el medio ambiente que puede durar hasta un año, son lavables, reutilizables y hasta compostables.
Por su parte, el Centro de Emprendimiento Colbún (CEC), que tiene entre sus objetivos apoyar la puesta en marcha de nuevos negocios en la zona de Santa Bárbara, en especial aquellos innovadores y que transmiten la identidad local de donde provienen, han ayudado a Emili a seguir creciendo, entregándole las herramientas necesarias para potenciar su pyme.
“Hemos apoyado el emprendimiento de Emili Merino, creadora de Emielita, a través de distintos instrumentos: por medio de nuestro programa de incubación "Incuba tu Energía", en donde ha recibido capacitación y asesoría en temas como marketing, modelo de negocios, finanzas, entre otros. También hemos impulsado el apalancamiento de recursos, por medio de la asesoría en la postulación a fondos públicos y además, le entregamos promoción directa y la incorporación en nuestra plataforma de venta Gente Dulce, que le permite abrirse mercado en distintas regiones del país”, explica Vanesa Verdugo, Directora de este Centro de Emprendimiento.
¿Qué guardar en las telas de cera de abeja?
Se pueden envolver frutas, verduras, quesos y panes manteniéndolos más frescos. También se usa como tapa de recipientes para transportar alimentos. Es importante tener en cuenta que no sirve para empaques de ingredientes calientes, porque los componentes de las telas se pueden derretir.
“Este producto mantiene las propiedades antibacterianas de la cera de la abeja, lo que permite que los alimentos se mantengan frescos durante más tiempo. Otra de las cosas por las que se sitúa como una alternativa muy recomendable, es que es totalmente reutilizable: sólo hay que lavarlo con agua fría y jabón suave después de cada uso y secarlo para guardarlo”, explica Emili Merino.
El método que utiliza Emili consiste en impregnar las telas de algodón con cera de abejas y le agrega productos que ayudan a mejorar su acabado, como son el aceite de coco y resina. Así quedan aún más aromáticas, luego se planchan y se dejan secar.
“Para utilizarlo se debe cubrir el alimento y envolverlo con el propio calor de las manos, que lo vuelven autoadherente. También es apto para el congelador y el freezer. Las telas se lavan como cualquier otro utensilio de cocina y se pueden usar durante ocho meses. Después de ese período, el lienzo se biodegrada fácilmente porque es enteramente fabricado con elementos naturales”, finaliza Emili.