"La libreta perfecta" es un emprendimiento que desde el 2016 utiliza ropa en desuso para encuadernar las más originales agendas, libretas y planificadores.
Esta marca también diseña encuadernados como encargos corporativos, para marcas y para todo tipo de eventos, incluso matrimonios.
Su creador, Jorge Rubio, ideó este negocio cuando estaba a punto de terminar la universidad. Sin trabajo y necesitando ingresos, se dio cuenta que su madre, vendedora de ropa americana, tenía fardos completos de ropa sin usar.
"Me di cuenta de que podía crear libretas con diseños exclusivos y además, podía generar menos impacto contaminante", explicó.
¿Cómo logro establecer su negocio? En EmprendedoresT13 te contamos su historia.
Como muchos emprendedores, Jorge, un periodista de profesión, comenzó su negocio por necesidad. "Un día estaba sin pega, necesitaba ver que podía hacer y de la nada empecé a ver tutoriales de encuadernación. Siempre me gustaron las artes manuales, el diseño gráfico. Comencé a practicar y me metí más en ese mundo", dijo.
Desde un comienzo, utilizó las telas de la ropa que vendía su mamá. Estaba feliz de poder darle una segunda oportunidad a todo ese "material perdido", en especial porque lo estaba haciendo de una forma más original.
"Lo más común es reutilizar la ropa en mochilas, bolsos, monederos... sólo accesorios que se quedan en lo textil. Estoy feliz de poder haberle dado vida a las telas con un uso totalmente distinto al que tenían", contó Jorge.
El negocio comenzó con un pequeño taller en Santiago Centro y con un capital bastante humilde de unos 20 o 40 mil pesos. Sin embargo, poco después Jorge postulo al fondo "Impulsa Stgo" de la Municipalidad de Santiago, donde se adjudicó un millón de pesos para invertir en equipamiento y una serie de capacitaciones para administrar un negocio.
Con el dinero se compró herramientas que aceleran y mejoran el proceso de encuadernación, pagó una página web y compró un lente para su cámara para así sacar mejores fotos a sus productos.
Aprendiendo de malas inversiones
Todo iba bien con "La libreta perfecta" hasta que, por una mala decisión, Jorge perdió su taller. "Pensé que estaba preparado para tener un taller más grande, así que invertí mucho en eso. Pero al final mi realidad no era esa, no pude costearlo. Al final perdí ambos lugares", dijo.
Luego de abandonar su nuevo espacio, Jorge comenzó a trabajar desde su casa, en Padre Hurtado. Sin embargo, está seguro de que este año podrá recuperar lo perdido. Además, agradece que la experiencia le haya enseñado tanto.
"Eso me ayudó a saber cuales son los momentos para tomar decisiones, y que lo más importante es estar estable en la economía. Tengo muchas ganas de seguir creciendo con la 'Libreta Perfecta', ganas de estudiar diseño para mejorar mis agendas, que cada vez sea más correcta la ejecución de mi técnica. También quiero seguir creciendo con mejor equipo, herramientas, trabajar con más gente", contó.
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