La inclinación de la DC y el PPD por desechar definitivamente una primaria presidencial con toda la oposición no sólo tensiona la relación entre los partidos de la antigua Concertación con el Frente Amplio y el Partido Comunista. También abre la incógnita sobre la situación de la diputada humanista Pamela Jiles, quien lidera los sondeos de opinión pública en términos de evaluación positiva de su imagen y de expectativas presidenciales, pero que actualmente enfrenta un escenario donde no tendría cabida en ninguna primaria opositora.
Tras los pronunciamientos de la DC y el PPD tomó fuerza la idea de que la ex Nueva Mayoría impulsará una primaria acotada a sus candidatos. Es decir, Ximena Rincón (DC), Heraldo Muñoz (PPD), Carlos Maldonado (PR) y Paula Narváez (PS). A ellos podrían sumarse Pablo Vidal, carta presidencial de Nuevo Trato, y el PRO, si finalmente levanta la candidatura presidencial de Marco Enríquez.
En la izquierda, en tanto, sigue vigente la opción de una primaria que reúna a la carta del PC, Daniel Jadue, al líder del Frente Regionalista Verde Social, Jaime Mulet, y a los candidatos que actualmente tiene el Frente Amplio, que son Gabriel Boric y Marcelo Díaz, si es que éstos no dirimen antes un postulante único en una definición previa.
En ambos escenarios no está considerada la participación de Pamela Jiles, quien en las últimas semanas ha sido objeto de duras críticas provenientes de distintos sectores de oposición, cuestionándole incluso su identificación con la izquierda.
Para Jiles, el escenario más propicio para participar en una primaria siempre fue en el contexto de una elección amplia, que reuniera a todos los candidatos de la oposición. Una idea que fue perdiendo fuerza al mismo tiempo que tanto desde la ex Concertación como de las tiendas de izquierda ponían en tela de juicio la opción de compartir papeleta con la diputada humanista.
Las señales de los últimos días han sido decidoras. Y las más tajantes han provenido justamente del Frente Amplio -bloque por el que originalmente Jiles fue elegida como diputada- y el Partido Comunista.
“Un requisito mínimo para ir a primarias es estar dispuestos a votar por cualquiera que gane y yo no estaría dispuesto a votar por la diputada Jiles”, sentenció hace unos días Gabriel Boric, subrayando sus diferencias con Jiles en temas como la pena de muerte, en el que la parlamentaria se ha manifestado a favor.
Esta semana, en tanto, la diputada comunista Camila Vallejo remarcó las diferencias con Jiles, profundizando la idea de que una primaria con ella es inviable políticamente.
"Ella y el Partido Humanista deben definir en qué primarias se ubica, en la primaria de la derecha o la primaria de la izquierda, y si finalmente está dispuesta a hacer una primaria con la clase política que ella considera miserable", dijo en entrevista con The Clinic.
En la misma línea se pronunció Daniel Jadue. "¿Cómo se puede ir a una primaria con alguien que te trata de miserable? Además de tratarse de una persona que hace tiempo viene viviendo del Estado", sentenció.
El nuevo escenario presidencial de la oposición, sin embargo, no inquieta al Partido Humanista, donde insisten en la idea de participar de una primaria amplia que hoy es cada vez más improbable.
"Nosotros nos mantendremos firmes en nuestra disposición a pesar de tener la candidatura desde el sector con mayores posibilidades de llegar a esa presidencial", dijo a T13 la timonel de ese partido, Catalina Valenzuela.