Con un grupo de personas gritando en su contra y con gran presencia de los medios de comunicación, el líder del Partido Republicano, José Antonio Kast, abandonó su local de votación en Paine, región Metropolitana, donde además ejerció su rol de vocal de mesa.
Kast incluso fue el encargado de su mesa de llevar las urnas hasta el centro de custodia de los votos y se manifestó alegre por haber cumplido con la labor.
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A la salida, ante el asedio de los medios de comunicación, Kast entregó brevemente unas palabras a la prensa y además se tuvo que enfrentar a un grupo de manifestantes que le gritaron algunos improperios e incluso golpearon el auto en el que se marchó del lugar.
Durante la jornada, el líder del Partido Republicano fue criticado por ser vocal de mesa en su condición de figura política, sin embargo se defendió y pudo cumplir con su labor.