La noche de este lunes, el candidato presidencial independiente de Chile Vamos, Sebastián Sichel, se reunió con los senadores de la UDI. Aunque recalcan que la reunión estaba planificada hace varios días, esta instancia se dio en momentos en que la colectividad mostró incomodidad ante la distancia que ha tomado el abanderado de los partidos de centroderecha.
La semana pasada, de hecho, el buen desempeño de José Antonio Kast en el debate televisivo -en desmedro de Sichel- develó justamente esas preocupaciones de la UDI.
Pese a que la senadora gremialista Jacqueline van Rysselberghe no pudo asistir al encuentro, comenta, en conversación con T13.CL, que sus pares le transmitieron que “fue una comida franca, donde se plantearon las distintas aprensiones, pero que fue agradable, porque fue en un tono constructivo. El reporte que tengo es que los senadores quedaron contentos con el resultado de la comida”.
Desempeño de J. A. Kast en debate atiza dudas de la UDI ante candidatura “antipartidos” de Sichel
La extimonel de la UDI tiene experiencia en enfrentar a J. A. Kast, pues en 2017 también le tocó enfrentarlo desde la mesa gremialista. Acá, la parlamentaria reconoce que ha habido distancia del comando, pero, recalca, ya se está enmendando el rumbo.
“En el debate, José Antonio no tenía nada que perder, por lo tanto, puede plantear todos los temas, que, por cierto, le son cómodos. Yo creo que Sebastián Sichel ya hizo un análisis posterior para enfocar mejor su candidatura y no solo hablarle al centro sino también al sector que tiene que apoyarlo para la primera vuelta, que es la centroderecha”, dice de entrada.
—Ese episodio develó finalmente la incomodidad con este estilo “antipartidos” de Sebastián Sichel. ¿Cómo ve esa situación, a menos de dos meses de la primera vuelta del 21 de noviembre?
—Eso ya se está resolviendo, no veo que haya una actitud contumaz de parte del comando de Sichel de tratar de mantenerse ajenos a los partidos. Sichel no puede ser prisionero de los partidos, porque la gran mayoría de los votantes en Chile son independientes y, por lo tanto, él tiene que crecer hacia el centro, pero Sichel entiende que requiere también de los partidos de la centroderecha para contener ese sector, para que se sientan representados con sentido de pertenencia dentro de la campaña. No se trata de que los partidos monopolicen la campaña, pero él nos necesita para que el electorado de derecha no se desfonde. Yo veo que se están tomando las medidas para poder mejorar eso.
—¿Fue asertivo reforzar la vocería de Katherine Martorell con la incorporación de figuras como Isabel Plá (UDI) y Francisco Undurraga (Evópoli)?
—Yo creo que sí. Ahora, a mí me gusta mucho la figura de Jorge Fuentes, que también se incorporó al comando, él fue secretario general de la UDI y, por lo tanto, recorrió el país completo, conoce a los dirigentes regionales, a los alcaldes, a los presidentes... tiene un acercamiento territorial a la UDI. Con la incorporación de Isabel Plá y de Jorge Fuentes me parece que es una buena mixtura.
—Hace pocas semanas, usted habló en El Mercurio de diferenciar los roles de los partidos y de Sebastián Sichel; que la UDI vaya a la derecha y él, al centro. ¿Cómo se mantiene al electorado ordenado sobre todo con un factor presente como Kast?
—El sentido común, gracias a Dios, aún no se ha perdido en nuestro país y yo creo que la mayoría de la gente entiende que después de un estallido social y de una pandemia, lo que se requiere en Chile es hacer cambios, pero en paz, en un país que no esté polarizado, donde las cosas no sean blancas o negras. Y, desde nuestra perspectiva, con alguien que comparta nuestra visión: sacar adelante los país en orden, con la defensa de la libertad, con el emprendimiento, donde se defienda a las personas y sus capacidades, donde el Estado se regule, pero no se le permita meterse en tu vida. Sebastián Sichel -más allá de las diferencias puntuales que uno pueda tener con él- debe lograr que el centro de su relato sea cómo mejorar la vida de las personas, que quizás hoy aún están tranquilas porque están recibiendo bonos del Estado, pero eso se va a acabar y habrá que poner de pie a esta país y eso la única manera de hacerlo es con un país en paz. Quien puede entregar eso es Sebastián Sichel, porque tanto Kast como Boric -incluso Yasna Provoste, porque ella es muy de izquierda- polarizan el país.
—¿Cuánto se puede perder de la derecha por conquistar al centro?
—La mayoría de las personas debe entender que la derecha nunca va a gobernar sola, porque es un tercio y para gobernar se necesita la mitad, por lo tanto, tiene que ser la centroderecha y para eso hay que conquistar a las personas de centro que, teniendo diferencias con nosotros, que somos de derecha a secas, comparte nuestros valores fundamentales sobre cómo sacar adelante a los países, gente que cree en un Estado fuerte, pero no intrusivo, que defiende la libertad de las personas -y no solo la económica-, por ejemplo, la libertad de los padres para educar a sus hijos. Eso, al final del día, la gente lo entiende.
—El senador UDI Claudio Alvarado remarcaba que J. A. Kast tiene afectos, que viene del corazón de la coalición y que eso puede pesar ante la figura de un candidato que no los considera. ¿Lo comparte?
—No, eso no es tan efectivo. Acá había un problema: sentíamos que no teníamos una vinculación al comando. Y eso en una campaña siempre es un problema porque quienes están desplegados en las regiones son los parlamentarios, los candidatos a core, por eso es necesario reforzar ese vínculo. Y eso ya se empezó a hacer y hay que avanzar en ese camino. En la comida de este lunes los senadores transmitieron que está la voluntad para poder resolver.
—Como senadora de región, ¿cómo ve la relación del comando con las regiones? Se dice que el comando ni avisa cuando visita ciertas zonas.
—Eso es justamente lo que se tiene que ir mejorando. Probablemente tendrán que incorporar algún territorial de Avanzada para preparar las visitas. Estos mismos problemas hubo en la campaña de Sebastián Piñera y Joaquín Lavín, esto de descoordinación, de que se querían correr al centro. Claro, entonces los problemas no son nada nuevo, el punto es que él (Sichel) tiene menos vínculos, no tiene vínculos históricos con ningún partido, pero son cosas que creo se pueden resolver.
—Usted en 2017 era presidenta de la UDI, cuando José Antonio Kast también era candidato presidencial, ¿cómo ve que lo está manejando la actual mesa?
—Como José Antonio Kast no tiene nada que perder, es fácil decir lo que la gente quiere escuchar. Es fácil decir ‘cerramos las fronteras’, pero no es tan fácil hacerlo. Entonces lo que hay que hacer es no caer en la trampa de pensar que él es el adversario, porque el adversario es la izquierda y creo que todo el mundo sabe que Kast tiene un techo que no va a ser capaz de superar.
—¿Y cómo cree que lo ha manejado la mesa de Javier Macaya?
—Yo tengo una opinión en algunas cosas crítica y en otras creo que lo han hecho bien, como todo en la vida. Pero creo que este no es el minuto de criticar a la mesa, porque estamos en un momento complejo y no quiero ser la causa de un conflicto interno.
—¿Al menos puede comentar qué le pareció que Javier Macaya haya reconocido que hay dirigentes y militantes que vitrinean con Kast?
—Dentro de la directiva hay personas bastante cercanas a José Antonio, que son amigos, a eso me refiero, pero no creo que ellos hayan estado pololeando con José Antonio... solo constatan un hecho. En un país tan polarizado como en el que estamos, donde vemos a la izquierda justificando la violencia y metiéndose la Constitución al bolsillo como lo vemos día a día en la Constituyente, no falta el que quiere una posición tan extrema para poder resolver esos problemas. Sin embargo, tengo el profundo conocimiento de que los problemas no se pueden arreglar polarizando el país. Si tenemos una posibilidad de que este país no sucumba, es que esto se haga a través del diálogo y de los acuerdos. La única persona que podría lograr eso es Sebastián Sichel.
—¿Se puede hacer frente realmente a un candidato que ganó una primaria con poco más de un millón de votos, como lo fue el caso de Gabriel Boric? Esto, versus los 650 mil de Sichel.
—No es fácil, no es fácil... es complejo, pero no imposible. Por eso es tan importante transmitirle a nuestro electorado que aquí nos estamos jugando el modelo del país. Votar por Sichel no es votar por el mal menor, es votar por salvar a Chile. Nosotros somos patriotas y queremos salvar a Chile. Que gane la izquierda sería un desastre para el país. Yasna Provoste y Gabriel Boric avalan la expropiación de los fondos de pensiones, no han condenado abiertamente la violencia, consideran que en el tema de La Araucanía no hay terrorismo, incluso están de acuerdo con liberar a los presos en la revuelta. Sichel tiene la capacidad de generar los acuerdos necesarios para levantar al país, él no polariza a comparación de Kast o Boric.
—¿Ve claro que Sichel va a pasar a segunda vuelta?
—No hay dudas de que Sichel pasará a segunda vuelta. Así lo espero.
—¿Cómo avizora la elección parlamentaria para la centroderecha? Esto, considerando la debacle electoral en la megaelección de mayo.
—La debacle electoral fue porque se le metió la mano a la urna, lo que nosotros tantas veces advertimos. Acá con el tema de las cuotas indígenas tenemos personas que finalmente de representación democrática real no representan a muchas personas. Eso distorsionó la realidad política del país. Ahora, yo espero que nos vaya un poco mejor, no creo que nos vaya a ir demasiado bien, pero sí mejor que la anterior. Lo que más espero es que quienes salgan sean personas que tengan el coraje y los pantalones para poder enfrentar a la izquierda y que no empiecen a mitad de camino a vestirse con los ropajes de ellos para quedar bien, para salir en el matinal de turno, o poder evitar las funas que hace la izquierda cuando tú no te callas.
—En ese sentido, el Congreso será tan relevante como la presidencial...
—Sí, porque nos podemos ver enfrentados a situaciones como qué pasa si la Constituyente no termina la Constitución; se va a requerir un Congreso que mantenga la institucionalidad para darle estabilidad al país.