La designación de Patricio Melero como ministro del Trabajo activo nuevamente el cuestionado mecanismo de reemplazo de parlamentarios que establece la actual normativa, que no es otra cosa que lo que establezca el partido por el cuál fue elegido el diputado o senador que dejó su cargo.
En este caso, la UDI designó como reemplazante de Melero a Cristián Labbé Martinez, hijo del ex alcalde de Providencia del mismo nombre, quien así se convertirá en el décimo parlamentario nominado a dedo por una colectividad, de un total de 198 legisladores actualmente en ejercicio (155 diputados y 43 senadores).
Es decir, prácticamente un 5% de los actuales parlamentarios han sido designados por sus partidos. Cinco de ellos lo hicieron para reemplazar a personas designadas como ministros por el actual gobierno de Sebastián Piñera. Además de Labbé, la UDI hizo lo propio con Claudio Alvarado, quien reemplazó a Víctor Pérez, y Nora Cuevas, que sustituyó a Jaime Bellolio.
En el caso de RN, Camilo Morán arribó al Parlamento cuando Mario Desbordes se fue al gobierno y Marcela Sabat subió de la Cámara al Senado para reemplazar a Andrés Allamand cuando éste se fue a Defensa. Esto obligó a RN a hacer otra designación: la de Tomás Fuentes en reemplazo de Sabat.
Otros casos están vinculados a la decisión de parlamentarios de presentarse a la elección de constituyentes. RD sustituyó a Renato Garín con Marcela Sandoval; el PC hizo lo propio con Rubén Moraga en reemplazo de Hugo Gutiérrez; y el PPD reemplazó a Felipe Harboe con la diputada Loreto Carvajal, lo que obligó al partido a designar a Patricia Rubio en su reemplazo.