-¿Quién fue el ganador del debate? ¿Cambia el panorama a pocos días de la elección?
-Según la tendencia de las encuestas, José Antonio Kast y Gabriel Boric llegaron prácticamente empatados al debate, con una leve ventaja para el segundo. Durante el debate hubo momentos buenos y malos para ambos. Queda la sensación de que, por lo tanto, hubo un empate. Ambos mantuvieron sus niveles de apoyo. Y, considerando el balance de entrada, el empate favorece a Boric. Es difícil saber si ese mismo balance se mantendrá hasta el día de la elección, pues quedan varios días entremedio, y como hemos visto, un par de días pueden hacer la diferencia. Falta, por ejemplo, ver cómo decanta el debate, y si la expresidenta Bachelet intervendrá más activamente. Por lo pronto, parece claro que Boric lleva una ventaja, por ligera que sea. La gran sorpresa de la elección sería si Kast gana.
-¿Cuáles fueron los momentos de mayor tensión y cuál candidato los manejó más apropiadamente?
-Hubo varios momentos de tensión, pero quizás el más interesante fue cuando Kast improvisadamente le sugiere a Boric que ambos se hagan un test de drogas, y Boric, preparado, le muestra un examen en que marca negativo. El momento es interesante por varias razones. Primero, porque muestra lo poco preparado que estaba Kast, avanzando líneas de cuestionamiento sin saber las respuestas. Por su parte, muestra la oportuna preparación de Boric, que tenía que protegerse de cometer errores no forzados. Pero también es interesante porque es una señal simbólica importante para algunos votantes que tal vez sienten que Boric es muy joven y que está poco preparado para gobernar. En resumen, el momento no solo retrata un debate mejor planteado por Boric, sino que también le permite hacerse cargo de una de sus principales vulnerabilidades.
-¿No fue un riesgo concederle el punto al adversario de la necesidad de un examen?
-Fue una jugada oportuna. Fue lo más sorprendente del debate y quizás lo único memorable a largo plazo. Fue un bluf, en términos de Póker, el cuál Kast perdió. Para la próxima, los candidatos tendrán más cuidado en hacer preguntas abiertas a las cuales no tienen respuestas.
-En el tema económico, ¿quién se vio más seguro? ¿Boric pasó la prueba de las cifras? ¿Kast logró transmitir que su idea de bajar impuestos no aumentará la deuda fiscal?
-En lo económico, ambos candidatos estuvieron mejor que en debates pasados. Boric manejó bien las cifras, y en momentos difíciles logró diferir oportunamente a los expertos. Por supuesto, sus críticos no quedarán conformes, y quizás con justa razón. Primero, porque no ha logrado demostrar que él mismo maneja los números. Pero, quizás más importante, porque aun no ha demostrado que los expertos que ha incluido a su campaña ocuparán roles relevantes en su gobierno. De cualquier modo, su actuación estuvo mejor que en ocasiones anteriores. Por su parte, Kast estuvo bien, manejando los datos y preciso en los números. El tema es que no tenía nada que probar. Por lo tanto, manejar bien las cifras, o tener una propuesta económica de mayor responsabilidad fiscal, no le sumaba puntos de cualquier modo.
-Uno de los aspectos débiles de Kast, según sus propios partidarios, es cuando se enoja. Dijo que Jadue iba a ser el ministro del Interior de Boric y luego reconoció que era una ironía. ¿Mantuvo la calma?
-Tanto en el debate de Archi como el de Anatel ambos candidatos cayeron en ciclos viciosos de irrespeto mutuo. Para Kast, el tema es un problema, pero para Boric estar involucrado en el ciclo es una noticia igual de mala. Si de atraer a votantes nuevos se trata, pareciera ser que el objetivo es imposible. Al final de cuentas, pareciera ser que ambos candidatos tendrán que simplemente mantener sus bases, y movilizar a los votantes que ya están movilizados. Con el clima hostil de las campañas, son pocos los que querrán entrar a apoyar a cualquiera de los dos.
.- Uno de los temas fue la reunión de Bachelet con Boric, quien también dijo que su segundo gobierno fue de los mejores en 50 años. ¿Es creíble o parece una movida electoral?
-Es imposible distinguir. Pues, la tarea de Boric no solo es moverse hacia el centro, sino que gobernar desde la centroizquierda. Con el resultado de la elección legislativa no podrá gobernar desde la izquierda, como planteó hacer en la primera vuelta. Por lo tanto, es crucial no solo hacerle guiños al mundo más socialdemócrata de centro, sino que empezar a forjar puentes. Para eso es evidente que el punto de partida debe ser con el entorno de la expresidenta, que constituye una base solida en la centroizquierda. De una manera u otra, Boric se ha transformado en la continuación de Bachelet. Aceptando que no podrá hacer un buen gobierno si gobierna solo con la izquierda, sus guiños hacia el centro son gestos tan forzados como necesarios.
10 claves del último y tenso debate presidencial entre Boric y Kast
– Kast fue abordado en temas valóricos, y Boric recordó una frase antigua de él, referente a su distancia con los gays, a lo cual el candidato republicano dijo que al matrimonio de su hija fueron parejas de mujeres. ¿Fue un flanco abierto para Kast?
-Es un flanco abierto porque muestra el fuerte contraste de Kast con la sociedad chilena. Pues, a pesar de que los chilenos son tradicionalmente religiosos y católicos, en su mayoría, también son cada vez más progresistas y liberales. Una paradoja. Por lo mucho que quieran orden y estabilidad económica, no están dispuestos a ceder en derechos sociales. Cuando Kast se plantea como un religioso ferviente, se presenta como un candidato de una trinchera. No le sirve para ganar votos. Es más, probablemente insistir en la ruta conservadora no le sirva de nada, pues todos esos votos ya están contados. La admisión de que personas diferentes a él fueron al matrimonio de su hija no le sirve para crecer. Solo le sirve para mostrar la dificultad que tiene para crear puentes con diversidades.
-Al final del debate se retomó el tema del supuesto acoso. ¿Cómo lo manejaron Boric y Kast?
-Kast insistió en un tema cerrado políticamente. Por supuesto que quedan preguntas abiertas, como por qué no se resolvió el tema por canales institucionales antes, por qué el candidato no perdió perdón antes, o si pedir perdón es una resolución a un conflicto de esa naturaleza en primer lugar. Pero, políticamente, como dijo Evelyn Matthei, es un tema cerrado. Kast ya hizo su punto, y ganó lo que tenía que ganar. Insistir no lo beneficiaba. Boric hizo lo que tenía que hacer, y dio respuestas a un tema complejo, en la medida de lo comprensible. Al final, deja más dudas que respuestas, pero el tema no tiene por donde seguir ramificándose después de la declaración de la víctima.