Primera gran tormenta invernal del año en EEUU se abate sobre los estados del Atlántico Medio
La primera gran tormenta invernal del año en Estados Unidos se abatió sobre los estados del Atlántico Medio el lunes, provocando el cierre de las oficinas federales y las escuelas públicas en Washington D.C. tras caer más de 30 centímetros de nieve en el valle de Ohio y las llanuras centrales.
Según el Servicio Meteorológico Nacional, en la capital del país se esperan acumulaciones de entre 15 y 20 centímetros antes de que el sistema se adentre en el mar el lunes por la noche.
Los gobernadores de estados como Kansas, Kentucky, Arkansas, Virginia Occidental y Virginia ya han declarado el estado de emergencia.
Tras la tormenta, el aire gélido del Ártico llenará el vacío, trayendo lluvia helada y condiciones gélidas a una franja del país que se extiende desde Illinois hasta Maryland y Virginia.
Las llanuras centrales, donde la tormenta arrojó fuertes nevadas durante el fin de semana, ya están congeladas. Algunas partes de Kansas experimentaron una sensación térmica de entre 15 y 32 grados bajo cero durante la noche, con previsión de que el aire frío persista.
En Washington, la tormenta no impedirá que el Congreso de se reúna el lunes para certificar formalmente la elección del republicano Donald Trump como presidente, dijo el domingo el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson. No obstante, las oficinas federales en la capital estarán cerradas, señaló por su parte la Oficina de Administración de Personal.
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Cientos de escuelas anunciaron con antelación que no abrirían el lunes debido a la tormenta, incluidas escuelas públicas en Indianápolis, Cincinnati, Washington y Filadelfia. La tormenta también dejó el lunes sin electricidad a más de un cuarto de millón de hogares y empresas del centro y el sur, según datos de PowerOutage.us.
Hasta las 1300 GMT, unos 1.450 vuelos con origen o destino en Estados Unidos habían sido cancelados y más de 11.000 retrasados, según el servicio de seguimiento Flightaware.com, siendo los aeropuertos de Nueva York, Chicago y Washington los más afectados.