El viernes 5 a última hora llegó la tan esperada llamada. Desde la Superintendencia de Salud se comunicaron con cada una de las planas gerenciales de las isapres para citarlos a una reunión bilateral con el superintendente, Víctor Torres, y otras autoridades del organismo.
Ese día, en las oficinas de la repartición ya tenían los resultados financieros de todas las isapres, y las cifras no eran halagüeñas. $ 73 mil millones en total perdieron las aseguradoras en los primeros seis meses del año: Colmena perdió $ 5.127 millones, Consalud otros $ 26.531 millones, Cruz Blanca cerró con números rojos por $ 26.822 millones, Nueva Masvida $ 233 millones de pérdida y Banmédica $ 16.592 millones. Vida Tres fue la única que registró ganancias, por $ 1.700 millones.
La citación hizo que desde ese mismo viernes y durante el fin de semana, los directorios de cada isapre empezaran a preparar minuciosamente su presentación. Tenían que ser claros y precisos para que Torres entendiera la gravedad del asunto y modificara el discurso sobre la gravedad de la situación de las aseguradoras.
Algunas isapres hicieron presentación y otras, solo traspasaron información verbal por Zoom.
Según comentan en el mercado, Colmena había preparado un mensaje drástico. “No seguimos en el sistema”, se habría decidido informar, pero luego se replanteó la idea porque eso podía desencadenar problemas con los bancos que financian las boletas de garantía y con otros acreedores.
De todas formas, la isapre mostró lo complejo de su situación y recordó que el alza de los precios de los planes de acuerdo a los criterios que fijó la autoridad es imprescindible para la subsistencia de la isapre.
A diferencia de las otras empresas, donde asistieron solo los ejecutivos principales, en el caso de Colmena también fue el director y por parte de los accionistas de la compañía, Pablo Trucco. Colmena ha dejado claro que la firma está en venta desde hace tiempo, incluso lograron un acuerdo con Nueva Masvida para venderles la cartera, pero la FNE se ha opuesto y el tema hoy está a la espera de una resolución del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia.
Que están de salida, dice un conocedor, no es falso, pero el tema es la forma. No pueden dejar a la deriva a sus clientes y los accionistas tampoco están dispuestos a regalar lo que han invertido. Y la ley tampoco se los permite así como así.
Otra de las que habría sido más dura en informar de su situación fue Cruz Blanca, la isapre controlada por el grupo europeo Bupa. Incluso, cuentan fuentes, esta isapre ha pedido que la Superintendencia de Salud idee un plan de traspaso de cartera al Estado.
Actualmente, existe solo la figura de intervención en el caso de insolvencia de una aseguradora. Pero, si el plan del gobierno sigue en pie, de tener un fondo único de salud, donde las aseguradoras solo puedan ofrecer seguros complementarios, debe haber una forma ordenada de hacer esa transición.
Además, un tema clave que preocupa a las isapres es que en ese esquema de “seguros de segundo piso”, los pacientes sanos y jóvenes con buenas remuneraciones no tendrían problemas, pero aquellos pacientes con preexistencias o mayores de 70 años, serán el grupo de mayor dificultad. Algo que ya alertaron las aseguradoras tradicionales de salud a la Comisión para el Mercado Financiero esta semana.
Otro de los que ha levantado una voz de mucha alerta es Consalud, la isapre de la Cámara Chilena de la Construcción, que habría dicho en reuniones gremiales de julio que tiene 90 días de liquidez para sobrevivir. A Torres le recordó que su controlador ha tenido que hacer aumentos de capital por más de $ 116 mil millones.
Masvida también mostró sus números y el estrés financiero que vive el sistema en su conjunto, y reiteró que les resulta clave que salga el reajuste de la tarifa GES, que debería estar antes de octubre, que es cuando se cumplen los tres años desde la última vez que se reajustó, además de precisar las metas de medicina preventiva que incluye la ley que permite el reajuste de los precios de los planes base.
Y todo esto tiene como telón de fondo un fallo de la Corte Suprema que permita la readecuación de precios de los planes de salud. Aunque solo es un rumor, fuentes conocedoras indican que el fallo de la Suprema no viene bueno para las isapres, que perderían el fallo, pero mandataría a la Superintendencia a rehacer el cálculo del reajuste para que se ajuste a derecho.
La seguidilla de reuniones y números habría generado un cambio de tono en la autoridad. O así lo leen las isapres tras las entrevistas que este jueves dio el superintendente Torres. “Nos preocupa que una isapre pueda caer en alguna insolvencia. Si eso ocurriera, antes de que quiebre lo que existe es un mecanismo que se denomina plan de adecuación que tienen que hacer para poder intentar salir de esta situación”, señaló en T13.
Sin embargo, descartó que alguna isapre le haya dicho directamente que va a cerrar. “Al día de ayer (miércoles), no ha llegado ninguna petición que yo sepa de algo así”, recalcó al agregar: “Si bien es cierto hay una situación compleja, que evidentemente está a la vista en los resultados del primer semestre, ninguna de estas isapres ha caído en insolvencia”.
