A pesar de estar prohibido, hoy los agentes que representan a jugadores y entrenadores han invadido los clubes del fútbol chileno, tanto en su administración como también en su propiedad.
Reportajes T13 ahondo en ese negocio puede generar un eventual conflicto de interés, porque se es juez y parte en un equipo nacional.
Y pese a que existe un reglamento que prohíbe la participación de intermediarios en cualquier estamento de un equipo, hoy la ANFP ha hecho vista gorda a esta problemática. ¿Los principales perjudicados quiénes son? Los propios hinchas.
La votación que nunca se hizo
Para evitar este potencial conflicto de interés, el 8 de agosto de 2022 todos los presidentes de los clubes profesionales del fútbol chileno debían votar un cambio en los estatutos de la ANFP, para regular la participación de agentes de jugadores en la propiedad de los equipos. Primera sorpresa, porque ya existe un reglamento que prohíbe este vínculo.
¿Qué pasó? Nada. Quienes manejan el fútbol en Chile no realizaron votación alguna y prefirieron dejar esta discusión clave para más adelante. Ocho meses han pasado, pero el compromiso de Pablo Milad sigue en deuda.
“El agente va a tener que ser agente y nada más y el dueño del club no puede ser agente, es decir, esto va a estar reglamentado”, comentó a Reportajes T13 José Luis Carreño, Asociación de Agentes Deportivos.
“Por eso hablo yo, y mirando desde la perspectiva desde arriba, todo puede suceder. Evitemos que suceda y hagamos el reglamento lo antes posible. Es lo que nosotros como asociación gremial queremos”, complementó.
Destacar que en el propio sitio web de la ANFP aparece publicado el Reglamento de Intermediarios, aprobado por su Consejo de Presidentes en enero de 2018. El artículo 8 es claro acerca de los límites de los representantes de jugadores en el fútbol nacional.
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“Queda prohibido, para cualquier intermediario o quienes actúen por ella, tener propiedad en algún club, en todo o parte; ser director, empleado o ejecutivo de un club; integrante de órganos internos de un club; tener relación directa o indirecta o a través de terceros en la administración de un club asociado a la ANFP; y tener poderes de cualquier clase o naturaleza con uno de esos clubes”, expone el documento.
