La levantadora de pesas neozelandesa Laurel Hubbard, quien el lunes hizo historia en Tokio-2020 al convertirse en la primera deportista olímpica abiertamente transgénero, anunció este miércoles su retirada del deporte.
Hubbard, de 43 años, compitió el lunes en la categoría de +87 kilogramos de la halterofilia de los Juegos de Tokio-2020.
Aunque su presencia en el mayor escenario del deporte fue efímera, al no ser capaz de completar ningún levantamiento con éxito, activistas transgénero consideraron que fue una ocasión histórica para una comunidad habitualmente marginada.
Al mismo tiempo, el debut olímpico de Hubbard abrió un intenso debate alrededor de la participación de deportistas transexuales en categorías femeninas.
Hubbard, muy reservada, adelantó que está preparada para alejarse de los focos.
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"La edad me ha alcanzado. De hecho, siendo sincera, probablemente me alcanzó hace tiempo", dijo Hubbard, dos décadas mayor que la mayoría de sus rivales.
"Mi implicación en el deporte se debe probablemente, si no a otra cosa, a cantidades heroicas de antiinflamatorios. Probablemente sea el momento de empezar a pensar en colgar las botas y concentrarme en otras cosas en mi vida", afirmó.
Hubbard elogió al Comité Olímpico Internacional (COI) por mostrar "liderazgo moral" al adoptar políticas de inclusión que le permitieron estrenarse en los Juegos.
"No estoy segura de que pueda aspirar a ser un modelo de conducta. En cambio, espero que por el mero hecho de ser, pueda dar algún sentido de estímulo", declaró la neozelandesa a periodistas.
Los críticos de la decisión del COI sostienen que atletas como Hubbard, que nació varón y comenzó su proceso de reasignación de género pasados los 30 años, cuentan con ventajas ligadas a su formación como atletas masculinos.
Estos beneficios incluirían una mayor masa muscular y capacidad pulmonar, lo que lleva a temer que otras atletas femeninas se vean obligadas a competir en un terreno de juego desigual.
El COI, en virtud de las directrices aprobadas en 2003, solo permitía la participación de deportistas transgénero que se hubieran sometido a una cirugía de reasignación de género, pero en 2015 eliminó este requisito y se centró en el control de los niveles de testosterona.
El organismo tiene previsto publicar nuevas directrices sobre esta cuestión una vez finalizados los Juegos de Tokio.
Hubbard manifestó su apoyo a estos debates, que su participación olímpica puso de nuevo sobre la palestra.
"Estoy segura de que es necesario mantener una conversación", afirmó. "Aunque de momento tenemos normas, sin duda cambiarán y evolucionarán a medida que se sepa más sobre deportistas transexuales y lo que eso significa para la participación en el deporte".