El cuerpo de Juan Pablo Mohr, el montañista chileno desaparecido el 5 de febrero pasado en la montaña K2, en Pakistán, y declarado muerto 13 días más tarde por el gobierno de ese país, fue encontrado este lunes en uno de los puntos clave de la ruta.
El hallazgo se concretó luego de que el cuerpo del alpinista Muhammad Ali Sadpara, compañero de Mohr en la travesía, fuera encontrado en las últimas horas por su hijo Sajid cerca del “cuello de botella”, un punto clave de la ruta a unos 8.200 metros de altitud.
También fue encontrado el cuerpo del islandés John Snorri, todos ubicados entre 400 y 300 metros por debajo del “cuello de botella”.
Sajid estuvo aquel día con su padre, Mohr y Snorri. Sin embargo, un problema con el regulador de la máscara de oxígeno lo obligó a descender, sin correr la fatídica suerte de sus compañeros.
A los pocos días después de la desaparición, Sajid Sadpara concedió una entrevista en Skardu, publicada por la revista española Oxígeno –especializada en naturaleza, deporte, viajes y aventura– donde cuenta que pasó más de 20 horas esperando en el C3 por su padre y sus compañeros, para luego emprender un amargo descenso en solitario hasta la base.
“Alcancé el cuello de botella con mi padre, John Snorri y Juan Pablo Mohr. El resto de escaladores europeos y los sherpas ya estaban descendiendo. En el cuello de botella me di cuenta de que me empezaba a encontrar mal debido a la falta de oxígeno. El regulador de la máscara no estaba bien fijado y estaba perdiendo gas. Me estaba torturando mentalmente, no estaba en disposición de seguir con la ascensión. Comencé a descender. La última vez que los vi avanzaban por el cuello de botella, por encima de los 8.200 metros, tenían la cima muy cerca”, comentó Sajid en febrero pasado, quien después de eso participó de las primeras operaciones de reconocimiento aéreo.
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“A las 12:00 am comencé a bajar, llegando al campo 3 a las 5:00 pm, desde donde me comunicaba con el CB (campamento base). No podíamos contactar con el equipo de cumbre porque no llevaban ningún equipo de comunicación”, continuó su relato.
“Comuniqué al base que esperaría a que regresasen de la cumbre, podía hervir agua y encender alguna luz que les sirviese más tarde de indicación para que llegasen directamente al C3. Pasé despierto toda la noche. Por la mañana informé al campo base de que no habían llegado. Me dijeron que la meteorología empeoraba y que era mejor que descendiese, que era imposible que subiese a buscarlos, que estaba cansado y que iban a poner en marcha de inmediato una operación de rescate”, agregó.
Finalmente, el pakistaní dijo estar seguro de que su padre y sus compañeros llegaron a la cumbre.
“Estoy seguro de que hicieron cumbre y que les sucedió algo durante el descenso, ya que aquella noche el viento soplaba muy fuerte”, afirmó.