El guardameta del París Saint-Germain, Keylor Navas, acogió en su propia casa en la capital francesa a 30 refugiados ucranianos afectados por la guerra con Rusia.
Navas, de 35 años, y su esposa Andrea Salas, compraron camas y alimento para los huéspedes, que alojaron en la "sala de cine" que el deportista y su familia tienen en el hogar.
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Tal como consignó el diario deportivo Sport, el costarricense se habría enterado de que la asociación de gitanos del Bario de Gracia de Barcelona acudió a Cracovia para entregar alimentos y oportunidades de refugio para los damnificados de la guerra.
En ese contexto fue que la pareja Navas y Salas ofrecieron su propia casa para ser usada como hogar de acogida para los refugiados.
Navas ya había publicado en sus redes sociales un mensaje clamando por la paz cuando la guerra recién comenzaba.
“Podemos ayudar a estos niños, algunos con su mamá otros no, jóvenes solos, con apenas su ropa que fue lo único que pudieron coger, podemos aportar lo que sea alimentos no perecederos, ropa, cosas de aseo personal, etc”, publicó en Instagram la mujer.
La pareja ya había participado de otra campaña benéfica en los inicios de la pandemia por el Covid-19, donde se encargaron de juntar alimentos para las familias más necesitadas.