Cuanto más a menudo juega alguien al fútbol con la cabeza, mayor es el riesgo de sufrir trastornos cognitivos. Esta es la conclusión de un estudio publicado en el Reino Unido, en el que se analizaron los cuestionarios de 468 exfutbolistas profesionales británicos mayores de 45 años, por encargo de la Asociación Inglesa de Fútbol (FA).
Estos trastornos cognitivos a los que se hace referencia incluyen el aumento de los olvidos, la disminución de la atención, los problemas de concentración, los trastornos del habla, los problemas de orientación o la pérdida de memoria.
De media, los futbolistas tenían unos 63 años en el momento de contestar la encuesta y tenían que estimar si habían hecho entre 0 y 5 remates de cabeza por partido o sesión de entrenamiento, entre 6 y 15, o más de 15. Después, se evaluaron sus capacidades cognitivas en entrevistas telefónicas.
El resultado concluyó que los jugadores con mayor frecuencia en hacer remates de cabeza mostraron un riesgo de deterioro cognitivo más de tres veces superior al de los de la categoría más baja.
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Los defensores corren especial riesgo
Según otro estudio de la Universidad de Glasgow, que evaluó, en 2019, las causas del fallecimiento de más de 7.500 futbolistas profesionales escoceses, el riesgo de los jugadores de morir de Alzheimer, Parkinson u otras formas de demencia era tres veces y medio más alto de lo normal.
Otra investigación, realizada en Suecia, en la que participaron unos 6.000 futbolistas que habían jugado al menos un partido en la máxima liga sueca entre 1924 y 2019, también concluyó un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer u otras formas de demencia en jugadores profesionales.
Los jugadores situados atrás en el campo, especialmente los defensas, son más propensos a sufrir traumatismos craneales, según ambas investigaciones.
"Se han observado resultados similares con otras pruebas cognitivas relacionadas con la demencia y la enfermedad de Alzheimer", recalca el estudio de la FA, aunque con matices: "como solo hubo 13 casos autoinformados de demencia diagnosticada por un médico, los resultados y las conclusiones con respecto a estos casos deben interpretarse con precaución".
Prohibición de cabezazos en categorías menores
Los investigadores del Reino Unido aconsejan reducir el número de cabezazos para prevenir trastornos cognitivos posteriores e incluso la demencia. No obstante, se necesitan más estudios, para, por ejemplo, determinar un límite de impactos recomendado.
En Estados Unidos, desde 2015, están prohibidos los cabezazos en futbolistas menores de diez años. Mientras, en Inglaterra y Escocia, el límite se sitúa a partir de los doce años.
En Escocia, además, hay restricciones para los profesionales: no se les permite jugar de cabeza en los entrenamientos el día antes y después de un partido. Y en el caso de la Premier League inglesa, los remates de cabeza tras pases largos, centros, saques de esquina o tiros directos solo se permiten diez veces en cada semana de entrenamiento.
Nuevas formas de competición en Alemania
La Federación Alemana de Fútbol (DFB) quiere ir por otro camino. Aunque el proyecto todavía está en fase piloto, se prevé que a partir de la temporada 2024/2025, el fútbol infantil y juvenil se reforme hasta los 11 años. Los jugadores más jóvenes sólo jugarán dos contra dos o tres contra tres en campos muy pequeños con porterías también reducidas. "Las nuevas formas de competición garantizan que los cabezazos queden prácticamente eliminados", afirma la DFB.
La fase de investigación sobre la salud de los exfutbolistas profesionales alemanes, en la que han participado hasta ahora más de 300 exjugadores, se prolongará hasta finales de septiembre. Los resultados se publicarán en 2024.